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Taehyung y Namjoon caminaron fuera de la casa a paso rápido, el corazón del castaño bombeaba frenéticamente en su pecho haciendo que tomara su cabello con fuerza.

— No importa cuánto intente hablar, no puedo hacerlo — volteo a ver a Namjoon que lo miraba preocupado. — se que no me escucharán al igual que Jungkook y como siempre voy a huir como todo un cobarde —

— Como lo sabes si no lo haz intentando — Taehyung dejo de moverse en su lugar, donde le daba la espalda.

Bajo sus manos de sus cabellos en un suspiro, todo se volvió en un silencio por unos largos minutos.

La suave risa de Taehyung se escuchó en todo el lugar confundiendo al moreno.

— No hace falta intentar cuando lo puedes ver — volteo a verlo. — Jungkook no ha querido escucharme en éstos últimos años —

— Ahora puede ser diferente. si te sigues aferrando a eso no podrás salir de ese infierno que estás viviendo dentro de tí — con pasos cortos se acerco a él acariciando su cabeza. — No te comportes como un niño —

— Namjoon hyung — levantó la mirada, sus ojos cristalizados sin derramar una sola lágrima miraron al moreno mostrando aquel dolor que en su pecho albergaba. — ¿podré algún día vivir sin este dolor en mi pecho? —

Sus brazos rodearon la cintura del moreno en un fuerte abrazo, para cualquier persona esta escena podría sonarle muy cliché, pero esas dos personas no pensaban lo mismo.









Mientras tanto en la noche Jungkook escuchaba los regaños de sus padres en la sala mientras se encontraba sentado frente a ellos, llevaban más de una hora escuchándolos para que entrara en razón y dejara a su novia y se casará.

No entendía cuál era aquella insistencia de verlos casados ¿acaso será? Por el dinero, estatus o inversiones, tal vez sólo estaba viendo el lado ambicioso de las dos familias para ganar más dinero a costilla de ellos.

— Quiero que te lleves bien con él, es una orden — su madre podía ser una persona cariñosa a ojos de los demás pero con él, era totalmente diferente.

— No quiero aceptaré eso, estoy tan asqueado escuchar lo mismo de siempre — frotó su frente. — pueden sacar su nombre de sus bocas, comienza a ser tedioso —

Quizás la verdadera razón por la que odiaba al castaño era debido a la intensidad de sus padres al mencionarlo en todo momento ordenándole cosas que no quiere hacer, pero al parecer muchos piensan que los mayores tienen autoridad en los menores, esto no justifica el maltrato que le hizo al contrario más bien se arrepentía de tomar una actitud inmadura frente a él, su Hyung no tenía la culpa de su irá pero no podía soportar verlo sentado ocultándose en su asiento dejándolo completamente solo contra cuatro mayores.

— No puedo creer que estes hablando de esa forma, he sido tan blando contigo que ahora te atreves a respondernos — él señor Jeon un hombre un poco más tranquilo que su esposa lo señalo mientras gruñía enojado.

— Debimos enviarte otra vez a ese lugar para que te enseñaran modales, tú debes obedecernos y si nosotros te decimos qué hagas una cosa, lo haces — Rose se puso de pie apunto de irse pero se detuvo cuando escuchó la voz de su único hijo.

— ¿Cuál es la desesperación madre? Acaso estamos quebrados que ahora has tomado el papel de autoridad absoluta de mi vida — se puso de pie. — no son tan diferentes que los señores Kim —

Sin más camino hacia las gradas subiendo hasta su habitación cerrando con llave, mientras los mayores hablaban con enojo en la sala.

Al día siguiente despertó con un dolor de cabeza punzante al no poder dormir lo suficiente, tenía que prepararse lo más rápido posible para no llegar demasiado tarde a las clases, se levanto de su cama y se metió al baño tomando una corta ducha.

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