«Antes que te vayas» [NamKook]

XLIII

—¡Brindo por ti, hijo de puta! —Yoongi señaló a Namjoon—. ¡Por haberle dado a nuestro Jungkook los mejores últimos días de su puta existencia!

Todos rieron, menos Namjoon. Aún no entendía muy bien cómo dieron con él, pero al parecer eran los amigos de Jungkook. Recordó el anécdota de la pizza.

—¡Salud! —dijeron todos levantando sus vasos.

Estaban en una especie de cuarto, que, debía decir era sucio y desordenado. Lo normal para un cuarto abandonado casi a lado de un basurero.

—Brindo por Jungkook, quien fue una buena persona —dijo un chico, probablemente Taehyung—. Atento y considerado.

—¡Salud! —respondieron todos.

—Jungkook-ah... —habló, al parecer Seokjin—. Era un diablillo, haciendo travesuras aquí y allá, pero ese chico... Ese chico idiota tenía un buen corazón.

—¡Salud!

—¡Jungkook fue mi primer beso! —gritó Yoongi con los ojos cerrados—. Dijo que lo hacía para ayudarme cuando estuviera listo para una relación y no fracasar en el intento.

Todos rieron, menos Namjoon.

—¡Espera! —interrumpió Taehyung—. ¿Que tú qué?

—¡Oye! —gritó Seokjin—. ¡Ese chico descarado! —soltó una carcajada.

—Era un descarado —reafirmó Yoongi con las mejillas sonrojadas.

—Lo era —dijo Seokjin.

—Lo fue —susurró Taehyung.

El ambiente se volvió denso, el aire se sentía muy frío, señal de una lluvia que se aproximaba.

Todos se miraron entre sí hasta que Seokjin tosió intencionalmente.

—¿Y tú, Namjoon? ¿Por qué brindas?

Namjoon lo miró breves segundos para después posar su vista sobre el suelo.

«¿Por qué?»

—Yo... —Se detuvo abruptamente. Sentía como todos esos ojos estaban sobre él.

—¿Sí?

Namjoon suspiró.

—Brindo por mi primer amor —dijo con un deje de suma tristeza y sin mirar a nadie—. Brindo por Jungkook, mi primer amor.

—¡Así se hace! —gritó Tae.

—¡Salud! —gritaron después al unísono.

—¡Salud! —gritó Namjoon bebiendo de su vaso hasta el fondo.

Las lágrimas comenzaron a caer sin darse cuenta, aquellas no se sentían pesadas, ni quemaban tanto como solía recordarlas... De alguna manera, estar ahí con ellos hizo su sufrimiento más llevadero.

Namjoon detuvo su llanto cuando se percató que todos ahí lo estaban abrazando. Había algo en ellos, en aquellos ojos que lo miraban fijamente, que lo hacían sentir calidez y confort.

—Gracias —susurró.