XXI

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Namjoon no se había equivocado, Jungkook estaba ahí, y lo estaba esperando o eso supuso; había llegado tarde porque Jimin le había pedido que lo acompañara a hacer algunas compras, y después se había quedado dormido del cansancio. Cuando despertó, se lavó la cara muy asustado y fue directo hacia el río.

—Creí que te había asustado —dijo Jungkook cuando se percató de su presencia—. Lo siento. No tengo mucha experiencia haciendo amigos.

Namjoon lo observó hasta que estuvo sentado a su lado.

—Está bien, no hay problema. Yo creí que te había incomodado, también.

Jungkook rió tontamente, como si hubiese escuchado un gran chiste.

—Sabía que pensarías eso, es muy gracioso, ¿no es así? Así es tener un amigo, ¿no?

Namjoon miró el perfil contrario por unos breves segundos.

—¿Jamás has tenido amigos?

—Yo diría que jamás me he permitido tener uno —sopesó Jungkook.

—¿Puedo preguntar por qué?

Jungkook sonrió.

—Puedes.

Namjoon infló sus cachetes en disgusto por el pequeño chiste, aunque aún así preguntó.

—Bueno... —Ahora fue el turno de Jungkook en pensar su respuesta—. Siempre creí que era lo mejor, que estaba bien hacerlo de esta forma. Las personas sufren mucho cuando uno se va, más aún cuando no hay despedidas. Y un día ellos se levantan, pero tú ya te has ido. Quería evitar ese tipo de dolor, después me di cuenta de que no podría, así llegué a la conclusión de que lo mejor sería minimizar el número de personas que sufrirían.

—¿Por qué hablas como si te estuvieras muriendo? —murmuró Namjoon.

—Porque es así.

La respuesta corta y fría de Jungkook no convenció a Namjoon, por lo que decidió seguir cuestionándolo.

—¿Estás enfermo? —preguntó con cautela.

Jungkook dio asintió con su cabeza de forma leve.

—¿Hace cuánto?

—Hace diez años, en septiembre serían once, supongo —dijo sin mucho entusiasmo.

—Lo lamento.

—No deberías. Los doctores dijeron que no sería capaz de llegar siquiera a los 16, y mírame ahora. —Extendió sus manos hacia sus costados—. Tengo 21.

—Debe ser genial ir contra todo pronóstico y contarlo, ¿no es así? —La cara de Namjoon había sido iluminada por unos pequeños destellos de luz de luna.

—Sí, eso creo, debe ser genial si vives para contarlo.

—Suenas enfadado —murmuró Namjoon, aunque sin mirarlo.

—Lo estoy —respondió Jungkook, y después lanzó un suspiro.

—Puedes contarme lo que sucede, si tú quieres. Habías dicho que somos amigos, ¿no? —Lo animó Namjoon.

—¿Es así? —musitó Jungkook arrancando un poco de grama que estaba a un lado de él.

—Por supuesto. —Namjoon sonrió.

—¿Y si soy un asesino en serie?

—Creo que no me lo estuvieras diciendo a menos que me quisieras asesinar, pero ambos sabemos que no lo eres.

—Chico listo —dijo Jungkook soltando una risita.

—¿Entonces...? —Namjoon dejó al aire su pregunta.

—No estaba bromeando —dijo Jungkook después de unos segundos de suspirar—. Me estoy muriendo. Quizás pude contra ese pronóstico hace muchos años, pero ahora ya no hay nada qué hacer, y me arrepiento de tantas cosas que no hice.

Namjoon dudó, sin embargo después de contemplar al contrario, después de ver cómo su rostro estaba de pálido junto con esas ojeras tan pronunciadas, se percató que podría ser verdad. Además, recordó la pulsera que tenía en su muñeca la noche anterior. Tenía mucho sentido ahora.

—¿Cuánto tiempo tienes? —Namjoon tenía que saber, no sabía porqué, pero él quería. Algo muy profundo dentro de sí lo estaba obligando, y al mismo tiempo lo hizo sentir enojado y triste.

Jungkook se encogió de hombros.

—No lo sé, puede ser hoy, justo esta noche o mañana, o en una semana, o en tres meses. Lo que es seguro es que no pasará de este año.

Namjoon no supo qué decir, ¿quién podría? Sus pensamientos eran galimatías.

—Lo lamen... —Jungkook lo interrumpió al tiempo que negaba con su cabeza.

—No tienes porqué disculparte o lamentarlo, al fin y al cabo no es tu culpa.

Tenía un punto ahí, ciertamente. Pero claro que Namjoon lo lamentaba bastante en ese momento, pues hubiese preferido conocerlo años antes o en otra vida menos horrible.

—Tengo que irme ahora —dijo Jungkook viendo un pequeño reloj de bolsillo desgastado que sacó de su abrigo—. Es tarde.

Namjoon asintió sin mucho ánimo.

—¿Estarás aquí mañana?

Jungkook se encogió de hombros.

—Si puedo, sí. —Y con esto se encaminó hacia las calles pavimentadas.

«Claro, por supuesto», pensó Namjoon con una mezcla de gracia y crueldad.

Él esperaba que sí.

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«Antes que te vayas» [NamKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora