«Antes que te vayas» [NamKook]

XVII

Una noche después del incidente en el río, Namjoon tuvo pesadillas que lo hacían levantarse cada cinco minutos.

Soñaba que caía, caía, y caía sin fin dentro de un agujero oscuro, y de repente se encontraba frente a Jimin, en otro instante junto a su madre, después en su funeral, después en el río. De milagro no vomitó, pues sentía su estómago revuelto.

Eran alrededor de las once de la noche cuando llegó a su lugar para pensar, y sacó un cigarrillo que había estado guardando para ningún momento en especial.

Expulsaba el humo con tranquilidad mientras admiraba a la luna, sola y triste, en aquel cielo nocturno.

¿Ella se sentiría sola en la inmensidad del universo?

Justo cuando apagaba la colilla de su cigarro, escuchó que alguien se aproximaba a él desde su derecha. Observó con detenimiento la silueta, hasta que estuvo lo suficientemente cerca de él y notar quien era.

—Hey, tú —dijo Namjoon buscando alguna expresión en la cara de aquel chico.

Lo único que obtuvo por respuesta fue una mueca que pudo ver gracias a los frágiles destellos de luz.

—¿Qué se te ofrece? —Volvió a hablar Namjoon—. ¿Puedo ayudarte en algo?

El chico lo miró, colocó sus ojos en blanco, y caminó el resto de pasos hasta sentarse junto a Namjoon.

—Nada en especial, Salvador de Desahuciados —dijo el chico al fin, mirando el río.

Namjoon lo miró con una expresión de confusión en su rostro.

—¿Qué? —Se limitó a decir.

—Nada. —El chico negó con su cabeza. Después de unos segundos de silencio, volvió a hablar—: Mi nombre es Jungkook, por cierto.

Namjoon se admiró, ciertamente no creía posible siquiera conocer su nombre, pero ahí estaba él, presentándose como si no lo hubiese salvado de ahogarse hace unos días.

—Namjoon. Mucho gusto.

Jungkook no habló después de eso, simplemente le compartió de su bolsa de gomitas en forma de panda, y se marchó en cuanto se la acabaron.

«Qué grosero», había pensado Namjoon en cuanto vio a Jungkook irse sin despedirse.

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