Capítulo 8

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Turkmenistán tomó su sabana con enfado y la atrajo para cubrirse mientras salía de la habitación

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Turkmenistán tomó su sabana con enfado y la atrajo para cubrirse mientras salía de la habitación. Tomó sus zapatos sosteniéndolos todo el rato con una mano.

―Esos dos...

Su rostro se tiño de rojo y a este punto no sabía si era de vergüenza o por el enojo. ¿Cómo alguien podía ser tan ruidoso? ¡Ni siquiera les importo que él estaba ahí!

Entró al estacionamiento y subió al auto de Rusia azotando la puerta. Alcanzó la mochila que descansaba en el suelo y la acomodó como una almohada. Admitía que se sintió bien haberse levantado antes de que los dos pudiesen tener sexo en vedad.

Deseo tener una fotografía de sus rostros cuando se dieron cuenta que estaba despierto. Encendió su celular pero poco después lo apagó. Una sonrisa surgió mientras imaginaba lo que sucedería por la mañana.

Muchas veces, mientras Rusia seguía "jugando con USA" –como gustaba decirle- quiso hablar para hacerles ver que en realidad no estaba durmiendo, pero al americano siempre se le ocurría abrir la boca para gemir.

Le dio una patada al auto antes de volverse a dormir.

«Malditos calenturientos»

―Buenos días, Rusia, América

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―Buenos días, Rusia, América...―Turkmenistán se encontraba recostado sobre el sillón trasero con una mano apoyando su cabeza― ¿Buena noche? ¿La pasaron bien?

Rusia y USA acababan de salir del motel después de una muy incómoda madrugada. La excitación que habían tenido se les bajó en el momento en que el hermano del detective se puso de pie y salió del cuarto.

― No digas nada.―Su mayor demandó.

― ¿De qué? ¿De lo bien que parece que haces sexo oral? Para nada.

Estados Unidos se puso rojo y ocultó el rostro entre sus manos.

―Turkmenistán.

― Es decir, debiste escucharlo. Bueno, lo escuchaste...obvio lo escuchaste.― Se sentó― ¿Dónde aprendiste a hacer eso?

― ¡Turkmenistán!

― No vuelvas a hacer eso― Picó su brazo con algo de fuerza manteniendo su rostro inexpresivo.― Si querías cogértelo me hubieras dejado en el auto ¿Sabes? Yo hubiese entendido. Tampoco fue de mi agrado saber lo que estaban haciendo.

Laberinto de memorias (RusAme)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora