Capítulo 38: Final

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USA se dejó caer de rodillas al suelo mientras sostenía a la pequeña bebe en brazos

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USA se dejó caer de rodillas al suelo mientras sostenía a la pequeña bebe en brazos. Apoyó su cabeza contra a frente de ella a la ve que Rusia se colocaba a su lado y los envolvía en un abrazo, también con varias lagrimas cayendo.

Besó su carita desesperadamente, tratando de encontrar las palabras para expresarse. Levantó su mirada para ver URSS del otro lado de la habitación y frunció el ceño. Dejó a la bebe en el regazo de su padre y se encaminó hasta el mayor. Soltó una bofetada en su mejilla, sorprendiendo al resto de presentes, y luego tomó las orillas del abrigo entre sus dedos, recargando la cabeza sobre su pecho, llorando desconsoladamente.

URSS acarició su cabello totalmente enternecido.

― Está todo bien ahora, América. Nicole estará a salvo siempre. Me asegurare que nunca le hagan daño. Third jamás saldrá de prisión.― Cerró los ojos―. Yo si cumplo mis promesas.

― ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?― golpeó su pecho.

El mayor suspiró, vendo a su primogénito ya más tranquilo y arrullando a su hija que se movía inquieta ante tanto ruido.

― Lamento no habértelo dicho, pero si tú o Rusia sabían el plan para capturar a Third no saldría bien. ― Lo ayudó a sentarse en la silla―. Tus padres colaboraron en esto.

Abrió los ojos al entender que era lo que el mayor decía.

― ¿Usted...?

― Podrá ser un criminal, pero yo respeto el hecho que cuide y se preocupe tanto por sus hijos que incluso mataría por ellos.

USA frunció el ceño. ― ¿Qué quiere decir?

― Eso lo tendrás que hablar con él― se puso de pie―. No es lo más legal del mundo, pero hice un trato con él si me ayudaba en esto, y bueno, tienes la seguridad de mi parte para no decir nada de su estancia en el país.

Eso significaba que Reino Unido...

― Ahora los dejo para que disfruten de su hija.― Checó su celular―. Creo que podrán irse de aquí sin problemas, ya atraparon a los hombres faltantes.

Abrió la puerta y salió con Kazajistán e Islandia detrás.

― Islandia dijo que Nicole estuvo con Francia todo este tiempo.― Explicó Rusia mientras se ponía a su lado.

― No puedo creerlo― admitió el rubio trazando figuras en la pancita de la bebe.

― Yo tampoco.

― Odio a tu padre.

― Estoy tan confuso ahora.― Dijo―. ¿Cómo debería reaccionar?

― No lo sé, Rus. ― Se recargó en su hombro―. No lo sé.

Y ambos se quedaron en silencio observando a su hija que movía sus pequeños ojos, idénticos a los del detective, alrededor de la habitación.

Rusia tomó su manita, notando como está cabía en la mitad de la suya. Se sentía feliz. Nicole enredó la manita alrededor de uno de sus dedos y la movió, soltando una dulce risa.

Laberinto de memorias (RusAme)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora