幽灵 BOSS | Jefe Espíritu [Completa]

Capítulo 96: Amienemigos (3)

Baal se burló, "¿De verdad crees que eres la escena final? ¿No es una vista previa?"

La expresión de Sean se quedó en blanco durante unos dos segundos antes de volver a estallar en una risa incontrolable. "Jaja, realmente eres el Vástago más interesante que he visto en los últimos doscientos años. Tsk, si te hubiera conocido antes, tal vez no me hubiera aburrido tanto".

Baal contestó con voz fría, "Si me hubieras conocido antes, definitivamente no estarías existiendo ahora". La persona que había sido hace varios cientos de años definitivamente no era así de fácil de hablar como lo era ahora. Ante ese pensamiento, se inclinó para mirar a Wang XiaoMing apoyado en él.

Por aquel entonces, nunca habría creído que un día se juntaría gustosamente con un humano.

La sonrisa de Sean disminuyó ligeramente. "Participas en la Noche de Sacrificio de Sangre Fresca por él, ¿verdad?"

Baal se giró rápidamente, con la advertencia en sus ojos tan clara como el día.

"No te preocupes, para mí la parte divertida de la Noche de Sacrificio de Sangre Fresca es el proceso. En cuanto al resultado... a quién le importa". La sonrisa de Sean contenía un leve rastro de burla. "Esto no es más que un juego sin sentido de controles y equilibrios".

Michelle escuchó que sus palabras se volvían más escandalosas y se apresuró a interrumpir, "¿Ya comiste? ¿Por qué no comes con nosotros?"

Sean se sentó en el suelo. "¿Cómo podría rechazar la invitación de una mujer hermosa?"

Andy le entregó las brochetas de carne a la parrilla.

Sean olfateó. "Mmmmm. Como se esperaba de un Ravnos. Ya sea cazando o cocinando, muy hábil".

Andy parpadeó, como si respondiera a los elogios de Sean.

Michelle claramente le temía un poco e intentó preguntar, "¿Dónde están Casro y Rosca?"

"¿Temes que estén escondidos en algún lugar, esperando para atacarte sigilosamente?" Sean comió con elegancia la brocheta que tenía en la mano.

Michelle sonrió. Sus ojos entrecerrados ocultaban todo rastro de sus emociones. "Somos camaradas, ¿no? Los camaradas confían unos a los otros y luchan juntos".

Sean inclinó la cabeza y sonrió significativamente. "Sí, luchamos juntos".

Baal resopló, "Me niego".

"¿Por qué?" preguntó Sean con interés.

Baal respondió, "¿No has escuchado el dicho? Un camarada parecido a un cerdo es más temible que un oponente parecido a un lobo".

Sean se acarició la barbilla y respondió, "No estoy gordo".

Baal dijo, "Un cerdo flaco sigue siendo un cerdo".

Wang XiaoMing se dio cuenta de que el peligro de que Baal explotara era cada vez mayor y se apresuró a decir, "Está bromeando".

Baal lo miró con insatisfacción.

Wang XiaoMing se obligó a seguir adelante. "Siempre le ha gustado bromear, sobre todo después de comer, porque dice que eso ayuda a la digestión".

...

Esa era la verdadera broma, ¿no?

Baal continuó mirándolo.

Sean respondió repentinamente, "Si yo fuera tú, no sería tan obvio al respecto".

"¿Qué?" Preguntó Wang XiaoMing.

"No estoy hablando de ti. Estoy hablando sobre ti". Sean apuntó con la rama que tenía en sus manos a Baal.