Watanuki

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Mikey siempre fue un chico un tanto problemático, tan solo tenia 13 años así que estaba en la etapa de la rebeldía, siempre ignorando a los demás y no prestando mucho atención a sus mayores.

Quizás hubiera seguido así pero cuando conoció al omega que trabajaba en la tienda de DVD algo pareció cambiar en el, era joven y aun no se presentaba pero añoraba poder convertirse en un alfa y que Takemichi fuera su pareja, crecería y seria alguien fuerte, digno de admirar.Eso es lo que quería.

Pero parecía que el destino no quería que las cosas fueran así, en una ocasión se metió en problemas con unos alfas bastante peligrosos, el era muy fuerte pero sabia que no podía contra ellos, solo podía hacerse un ovillo mientras era pateado.-¡Deténgase!- una sombra se cernió sobre el y Mikey entreabrió su ojo sano y jadeo al ver a Takemichi frente a el, observó su delicada espalda y la manera en la que extendía los brazos tratando de protegerlo, podía ver el temblor de su cuerpo, el omega tenia miedo pero aún así el estaba decidido a no moverse.

-¿Quieres ser golpeado al igual que ese id****?- pregunto uno de los alfas acercando su asqueroso rostro al del joven.

-Golpearlo no seria una buena opción, es un hombre omega, es muy raro encontrarte con uno en estos días Podríamos divertirnos un poco- comentó otro alfa.

-Si vamos a divertirnos un poco- dijo uno de ellos riéndose.

Takemichi trago fuerte, el no podría con todos, quería llorar.

-Parece que eso no pasará.

Los alfas y el omega se giraron hacia la voz desconocida y los alfas temblaron al ver a Sano Shinichiro caminando tranquilamente hacia ellos con un cigarro entre sus dedos.¡El líder de los Black Dragon!

-V-vámonos..- susurró el que parecía ser el líder de aquellos alfas bastardos.

Y los presentes sólo observaron como estos huyeron con el rabo entre las patas, las piernas de Takemichi cedieron ante el miedo y cayo de rodillas, ¿Qué estaba pensando al hacer esto?, era un omega demasiado débil, no sabia pelear y lloraba por todo.Pudo sentir las lagrimas mojar sus mejillas y paso del dorso de su mano para limpiarlas.

-¿Estas bien?- pregunto el alfa pelinegro colocándose a su altura.

Takemichi se sonrojo un poco al ver lo guapo que era el alfa.-E-estoy bien, s-solo me dio un poco de miedo- murmuró mientras veía al alfa ayudar al niño.

El niño tenia golpes por aquí y por allá, sus ojo izquierdo estaba hinchado y tenia el labio roto.

-Te dije que dejaras de meterte en problemas Manjiro- comentó molesto observando al rubio quien se puso rojo de la vergüenza.

Shinichiro le estaba dando un sermón frente a la persona que le gustaba. -¡Ya entendí!, no tienes que decir mas- exclamó con la voz temblorosa mientras desviaba la mirada al observar que el omega lo estaba viendo fijamente.