La estrella más brillante de la noche

El homúnculo

—Qué —Harry dijo inexpresivo, mirando a la cosa frente a él.

Tenía un aspecto escamoso, era pálido como una pizarra, tosco y un poco azulado. Sus brazos y piernas eran delgados y débiles, su rostro era como el de una serpiente y no tenía ni un solo cabello, y tenía brillantes ojos rojos carmesíes que lo miraban con fijeza. Por instinto, Harry movió la lengua, olfateándolo y parpadeó sorprendido cuando probó la oscuridad, el encanto de su aura —que ahora sabe que es su magia— el dolor y la extrema cautela. Y, sin embargo, era muy familiar para él.

Familia.

En serio es su padre mágico, dadas las similitudes en su magia. Y desconfía de él con comprensión. Para ser honesto, ¿no desconfía él también del hombre? Después de todo, no se conocen. Quizás ni siquiera sepa que es su hijo.

—Esta es la forma homúnculo del Señor Tenebroso, que ayudamos a crear con la magia de su espectro —el rey duende le explicó con calma al niño horrorizado frente a él.

Dicho niño rompió el contacto visual con el homúnculo del Señor Tenebroso para mirarlo.

—No sabía que mi padre se había convertido en un espectro, el sanador Sharptooth dijo que fue derrotado, no asesinado —Harry dijo frustrado, rascándose la cicatriz que le picaba parar desde su llegada.

¿Por qué su cicatriz se comportaba así? Nunca lo había hecho antes.

—El Señor Tenebroso está vivo, solo ha perdido su cuerpo. Necesita crear uno nuevo.

Sí, lo dijo de una manera como si fuera un juego de niños crear el cuerpo de su padre para un niño de ocho años que ni siquiera conocía la existencia de la magia hasta hace un mes. ¡Rayos, que ni siquiera había dominado el deslizamiento todavía!

—Pero... —el pánico de Harry alcanzó una altura casi astronómica, su voz se volvió aguda e histérica—. ¿Cómo va a crear un cuerpo en esta forma indefensa? Ni siquiera sé suficiente magia todavía. ¿Y si me equivoco? ¿Y si de nuevo lo mató por accidente? ¿Y si...?

—No te preocupes, niño —el rey duende gruñó, cortando sus divagaciones—. Estoy seguro de que cuando esté sano y tenga suficiente energía, compartirá algunos de sus conocimientos con nosotros. Bailey y el sanador Sharptooth te ayudarán a cuidar de tu padre hasta que eso suceda.

Harry asintió sintiéndose tonto, incompetente e inútil; miró la indefensa forma de bebé de su padre mientras el rey duende y sus guardias se iban por flu. No puede evitar sentir simpatía, no hace mucho él también estaba en la misma posición por una golpiza y ni siquiera sabía cómo caminar. Volvió a mover la lengua.

Su padre huele a confusión y mayor cautela. Y dolor. Mucho dolor.

—¿Padre? ¿Puedes entenderme?

Los ojos rojos carmesíes parpadearon con lentitud, mirando al frente. Harry suspiró, antes de sentarse sobre las espirales de su cola frente al cómodo asiento similar a una silla de ruedas donde habían depositado a su padre.

—Eh, ¿Bailey? —Harry llamó y su fiel amiga apareció con un pop— ¿Crees que padre necesita algo? Solo huelo dolor en él.

—¿El amo Harry podría intentar darle un poco de sopa? Los sanadores duendes dijeron que el amo Señor Tenebroso necesita sopa con pociones muchas veces al día.

—Creo que es una buena idea, ¿puedes traerme un poco? Intentaré alimentarlo. Y mira la lista que te dieron, mira si tiene algún analgésico, quiero decir, una poción para él.

Bailey hizo una reverencia y desapareció. Harry miró hacia atrás al fuego que crepitaba en la sala de estar donde estaban, sin notar a la gigantesca serpiente que entró deslizándose y levantó la cabeza, mirándolo a la altura de los ojos. Cuando habló, Harry chilló de sorpresa y se dio la vuelta con rapidez siseando de manera amenazadora por lo que fuera que se le había acercado. Sus colmillos volvieron a salir y el veneno goteó por su barbilla en gruesas gotas.