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Se pasó el resto de la tarde dando vueltas a su última pelea con  Zayn, apesar de lo molesto que era que le dijeran que no le caía bien a la gente del pueblo, y lo frustrante que resultaba estar compartiendo espacio con él, tenía que admitir que se había enamorado de la vieja casa.

Y no sólo de la casa, sino también de la tranquilidad y el silencio. Zayn había querido saber cuándo iba a irse a casa, pero Liam empezaba a ser consciente que se sentía más en casa allí que en ningún otro lugar en el que hubiese vivido en los últimos veinte años.

Con una oleada de entusiasmo recorriéndole las venas, Liam se apresuró hacia su teléfono, que seguía junto a la puerta, y llamó a su banco. Pasó por el menú automático e introdujo los códigos de seguridad necesarios, escuchando cuando la voz robótica leyó en voz alta sus ahorros.

Apuntó el número en una hoja que apoyaba sobre la rodilla, con el capuchón del bolígrafo entre los dientes y el teléfono apoyado en el hombro. Después se llevó la hoja al salón y empezó a hacer algunos cálculos: el coste de la electricidad y de la entrega del aceite, el precio de la instalación y cuota de Internet y de una línea fija, de la gasolina para el coche y de la comida.

En cuanto acabó vio que tenía dinero suficiente para vivir de él durante seis meses. Llevaba tanto tiempo dejándose la piel trabajando en una ciudad que así lo exigía que había perdido la perspectiva.

Pero ahora tenía la oportunidad de parar, de holgazanear durante una temporada. Sería un idiota si no la aprovechaba.

Se apoyó contra el sofá y sonrió para sí. Seis meses. ¿Podía hacerlo de verdad? ¿Quedarse allí, en la vieja casa de su padre? Cada vez se prendaba más de aquella antigua ruina de casa, aunque no estaba Seguro de si se debía a la casa en sí y los recuerdos que despertaba, o a la conexión que sentía con su padre desaparecido.

Pero estaba decidido a arreglarla sólo, sin la ayuda de zayn.
 

*

 
Se despertó el martes por la mañana con una energía que no había sentido en años. Abrió de par en par las cortinas y vio que la nieve ya había desaparecido casi por completo, revelando la hierba verde que rodeaba la propiedad, demasiado crecida.A diferencia del lánguido desayuno del día anterior, Liam comió esta vez con rapidez y se tomó el café como si fuera un chupito antes de ponerse manos a la obra. Las fuerzas que había sentido el día anterior mientras limpiaba parecían haberse multiplicado por mil ahora que sabía que no iba a pasar allí tan sólo unas vacaciones, sino que iba a convertir aquel sitio en su hogar durante los siguientes seis meses.

También había desaparecido la claustrofóbica sensación de nostalgia que había sentido, junto con la fuerte impresión de que no debía tocar, mover ni cambiar nada. Antes había sentido que la casa tenía que ser preservada o restaurada tal y como su padre había querido, pero ahora percibía que tenía permitido dejar su propia marca en el edificio.

El primer paso para lograrlo era repasar las montañas de posesiones que su padre había acumulado y separar la basura de los tesoros. Basura como, por ejemplo, sus novelas románticas veraniegas.

Se apresuró hacia la biblioteca, razonando que era un lugar tan buen por el que empezar como cualquier otro, y cogió una montaña de libros para llevarlos fuera, cruzando la hierba húmeda y dejándolos en la acera. Al otro lado de la calle había una playa de rocas que descendía ligeramente hasta llegar al océano unos noventa metros más allá, y a lo lejos estaba el puerto vacío.

Seguía haciendo muchísimo frío, más que suficiente como para que Liam pudiera ver su propia respiración, pero un brillante sol invernal intentaba abrirse paso entre las nubes. Liam se estremeció al enderezarse, y no fue consciente hasta aquel momento de que había otra persona en la calle.

Por Ahora Y Para Siempre [ Ziam ] Adaptación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora