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Era tarde y la fiesta había acabado hacía mucho cuando Liam  por fin oyó la moto de Zayn  acercándose por la calle y entrando en el camino que llevaba a la casa.

Salió de la cama y lo espió por la ventana mientras Zayn  se quitaba el casco y se dirigía a la cochera.
Liam  se cubrió con un camisón y se puso las zapatillas antes de bajar las escaleras y salir fuera. La hierba era suave mientras cruzaba el jardín hacia la cochera. Dentro había luz y esta se derramaba sobre el terreno.
Llamó a la puerta con los nudillos y dio un paso atrás, abrazándose a sí mismo para intentar mantener a raya el aire fresco de la noche.

Zayn abrió la puerta, y algo en su rostro le dijo a Liam  que ya había sabido que se trataba de el.
―¿Dónde has estado? ―le exigió―. Te has perdido la fiesta.

Zayn  respiró profundamente.
―Mira, ¿por qué no entras? Podemos hablarlo con una taza de té en lugar de quedarnos de pie y con frío. ―Mantuvo la puerta abierta y Liam  la cruzó.

Zayn prepare té para ambos y Liam  guardó silencio durante el proceso, esperando a que él hablase primero, que ofreciese una explicación por su comportamiento, pero Zayn  no dijo palabra.

Al final a Liam no le quedó más opción.
―zayn ―dijo con énfasis―, ¿por qué has faltado a la fiesta? ¿Dónde estabas? Estaba preocupado.

―Lo sé. Lo siento. Sencillamente no me gusta esa gente, ¿vale? ―contestó él―. Son ellos los que me dieron como caso perdido cuando era un crío.

Liam  frunció el ceño.
―Eso fue hace veinte años.

―A esas personas no les importa si fue hace veinte años o veinte minutos.

―En el puerto no dejaste de alabarlos ―argumentó Liam ―. ¿Y ahora de repente los odias?

―Algunos de ellos me caen bien ―se defendió  Zayn ―. Pero la mayoría es gente de pueblo con mentes cerradas. Créeme, de haber estado presente las cosas habrían ido peor.

Liam  arqueó una ceja. Quería decirle que se equivocaba, que aquella gente habían resultado ser personas amables y divertidas a las que estaba empezando a considerar como amigos.
Pero lo último que quería era pelearse con Zayn  cuando la fase de luna de miel a duras penas había empezado.
―¿Por qué no me dijiste que no querías venir a la fiesta y ya está? ―eligió decir al final, forzándose a mantener un tono tranquilo―. Me he sentido como un idiota esperándote.

―Lo siento. ―zayn suspiró arrepentido y dejó una taza de té frente a el―. Sé que no debería haber desaparecido así; es sólo que estoy tan acostumbrado a estar solo, a no responder ante nadie. Es parte de quién soy. Tener a toda esa gente cerca de repente es mucho a lo que hacerse a la idea.

Liam  se sintió mal por él, por el modo en que se sentía más cómodo solo. No le parecía una característica demasiado feliz que poseer, pero aquello no excusaba su comportamiento.
―Quiero decir, lidiar únicamente con Cynthia ya habría sido demasiado ―añadió Zayn con una sonrisita avergonzada.

Liam se rió a pesar de sí mismo.
―Deberías habérmelo dicho ―insistió.

―Lo sé ―contestó Zayn ―. Si prometo no volver a desaparecer así, ¿me perdonarás?.

No podía seguir enfadado con él.
―Supongo.

Zayn extendió el brazo y le cogió la mano.
―¿Qué tal si me cuentas cómo ha ido? ¿De qué habéis hablado?

Liam  le dirigió una mirada.
―¿Quieres que te relate las conversaciones de gente a las que acabas de reconocer que odias?

―No lo odiaré si me lo cuentas tú ―dijo Zayn  con una sonrisa.

Por Ahora Y Para Siempre [ Ziam ] Adaptación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora