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―Despierta ―le susurró Zayn  al oído.
Liam  se agitó y aceptó la taza de café que le estaba tendiendo, momento en el que se percató que Zayn  ya estaba vestido.

―¿A dónde vas?

―Tengo que hacer unas cosas ―contestó él.

Lim  miró a su alrededor y vio que casi no había amanecido todavía.

―¿Unas cosas? ¿Qué cosas?

Zayn le dirigió una mirada.
―Es un secreto. No la clase de secreto de «en realidad me llamo javadd». A lo que me refiero es que no tienes de qué preocuparte. ―Le dio un beso en la coronilla.

―Bueno, eso es de lo más tranquilizador ―replicó Liam con sarcasmo.
.
―De todos modos ―continuó Zayn ― de quedarme sólo te molestaría.

―¿Por qué? ―preguntó Liam  con ojos soñolientos.

Zayn  arqueó las cejas.
―No me digas que te has olvidado.

―¡Oh, Dios! ―jadeó Liam ―. La reunión del pueblo. Es hoy, ¿verdad?

Zayn  asintió.
―Ajá. Y creo que alguien que yo me sé tiene que reunirse con Cynthia a las siete en punto. Ahora mismo son las seis cuarenta y cinco.

Liam  se levantó de un salto.
―Tienes razón. Oh, Dios. Tengo que vestirme.

Aunque apreciaba la oferta de Cynthia de hablar con el sobre las cosas del hostal, le habría gustado que no hubiera insistido en reunirse tan temprano.
―Eso sí que ha conseguido que te muevas ―comentó zayncon una risita entre dientes. Se acabó su taza de café y recogió su chaqueta.

―Pero no te olvides de la reunión de esta noche, ¿entendido? ―le dijo Liam.
―. A las siete de la tarde, en el ayuntamiento. Zayn sonrió de oreja a oreja.
―Ahí estaré, te lo prometo.
 

*

 
Cynthia llegó a la casa con sus caniches de tamaño de juguete siguiéndole los pasos. Iba vestida con un vestido maxi de un rosa fucsia, un color que chocaba de manera horrible con su cabello pelirrojo.

―Buenos días ―la saludó Liam , agitando la mano desde la puerta.

―Hola cariño ―respondió Cynthia. Parecía tener prisa a juzgar por cómo casi corría por el sendero de entrada.

―Gracias por reunirte conmigo ―añadió Liam  cuando la mujer estuvo un poco más cerca―. ¿Te apetece un café?

―Oh, me Liam la llevó a la cocina y les sirvió a ambos una taza de la cafetera recién hecha.

Al hacerlo Mogsy saltó al otro lado de la puerta de cristal que separaba la cocina del lavadero, y Cynthia se acercó para mirar a través del cristal.

―¡No sabía que tuvieras cachorros! ―exclamó―. ¡Oh, son adorables!

―La madre era callejera ―dijo Liam ―. No me había dado cuenta de que estaba embarazada y de repente ya teníamos cinco cachorritos.

―¿Les has encontrado ya casa? ―preguntó Cynthia, haciéndoles carantoñas desde el otro lado de la puerta.

―Todavía no ―contestó Liam―. Quiero decir, de momento los cachorros son demasiado pequeños como para separarlos de la madre, y no puedo echar a la madre así sin más para que se busque la vida. Así que por ahora son todos míos.

―Bueno, en cuanto se desteten será un placer ocuparme de uno. Jeremy ha aprobado su examen de entrada del St. Matthew’s, y quería encontrarle un regalo a modo de felicitación.

Por Ahora Y Para Siempre [ Ziam ] Adaptación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora