Episode 16

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Yibo permaneció un buen rato arrodillando al lado de su mayor, éste de algún modo parecía un poco mejor con tan sólo la presencia del rubio.

-que le pasó a tu cabello? - preguntó el mayor.

-oh, bueno, me lo pinté hace poco - sonrió soltando una risita.

-me gustaba más tu color natural - dijo mientras lo miraba cálidamente.

-de verdad? Entonces debo cambiar el color? - sonrió.

-estás mejor ahora? Cómo te sientes?

-como me siento? - alzó una ceja.

-te desmayaste, todos te vimos

-abuelo, no te preocupes, sólo fue un descuido mío, pero te prometo que no pasará otra vez - le tomó la mano.

-eso espero, ha venido Hao-Xuan también?

-claro, está esperando afuera, quieres que lo llame?

-porfavor - pidió.

-entonces ya vengo - se levantó y fue a dónde todos se encontraban.

En la sala también estaba su madre y su abuela, el doctor ya se había ido hace tiempo luego de que el abuelo estuviera estable.

-Xuan-Ge, el abuelo te llama

-está bien - sin más se fue a la habitación.

El rubio se sentó en el sillón, a un lado de Zhan, vió de reojo a su madre sentada en el sillón frente a ellos, a diferencia de su tía, ella no le preguntó de inmediato que le había sucedido, pero no le tomó importancia.

-Yibo, porque no van tú y tus amigos a la habitación? - le pidió su tía.

-pasa algo?

-no pasa nada, sólo quiero hablar de algo privado con tu madre

-de acuerdo, vamos chicos - los tres se levantaron y Yibo los guió hasta su habitación, la cuál no usaba ni veía desde hace tres años.

Entraron y Yibo se sorprendió de que seguía exactamente igual a como la había dejado antes de irse, a su mente llegaron muchos recuerdos de las tantas pijamadas que los tres hacían juntos, de las tantas travesuras que hicieron y de los tantos golpes que se llevaron al jugar.

Yibo se acercó a la cama y acarició las sábanas, seguían las mismas, sus favoritas de toda la vida, en las paredes aún estaban las repisas con todos sus Legos armados y sus pequeñas motos a escala, abrió su armario y la ropa seguía colgada, aquella que no se llevó, una sonrisa nostálgica apareció en su rostro, había dejado todo eso por seguir su sueño, se separó de su familia, de sus mejores amigos, de su vida en Shanghái, pero no se arrepentía de nada, creía que había valido la pena todo aquel sacrificio.

-Bodi, estás bien? - preguntó el mayor mientras le tocaba el hombro.

-sí, lo estoy, sólo que se siente muy bien regresar - lo miró a los ojos.

-oigan, dejemos las tristezas para luego, hay algo más importante de lo que se han olvidado - intervino HaiKuan con una expresión un poco preocupada.

-que pasa? - el menor arqueó una ceja.

-el minino! Dejaste a tu gato en Pekín!

-por la puta madre, es verdad! - el rubio se asustó.

-no puede ser, estábamos tan apresurados que no lo recordamos - habló el mayor.

-y si le llamas a tu amigo para que lo cuide? - propuso el más alto.

Mi persona destinada {YiZhan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora