Capítulo 14

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Grace se había quedado aún más callada cuando escuchó a George pedirle una cita, si es que eso fuera posible.

—Escúchame, aclaré las cosas con Julia, ella y yo no estamos juntos. En realidad, nunca lo estuvimos, fue algo raro lo que pasó ahí. —Grace lo sabía pero prefirió no decir nada. —Te dije que haría las cosas bien.

—Sí, me gustaría, solo no se te ocurra ir a ese restaurante, sabes a cual me refiero. —Grace volteó a ver a George y se rió en su cara.

—Prometo que no.

Grace recordaba la plática de cómo había aceptado la cita mientras se preparaba para ella. Estaba emocionada, no iba a mentir, y esperaba que no se repitiera lo del baño la última vez, o tal vez sí, todo dependía de la velada. Ella no sabía a dónde irían y él le había dicho que se vistiera cómodamente. Así que esperaba algo casual, lo cual era perfecto para como se sentía respecto a la relación. Todo había sucedido muy rápido y no quería que terminara de la misma forma.

Por fin decidió salir, y encontrarse con George abajo, no le dirían nada a sus padres, porque Grace prefería que todo se quedará en secreto, al menos hasta saber a dónde iría su relación.

Después de despedirse, habían ido directo a la camioneta, tratando de estar el menor tiempo posible afuera, Grace, que todavía no lograba acostumbrarse al clima de Minnesota, era demasiado frío. Grace estaba subiendo cuando vio que George estaba detrás de ella.

—Supongo que no me dejarás abrir la puerta para ti. —Dijo el pelinegro sosteniendo la puerta una vez que ella ya estaba dentro.

Grace se sorprendió ante la idea.

—Disculpame, es que moría de frío, no pensé que tú fueras a —Grace se quedó a media oración cuando vio a su cita reír.

—No te preocupes. —Cerró la puerta y fue directo al asiento del piloto, Grace se sintió un poco mal, pero no lo suficiente para volverse a disculpar.

Al subirse a la camioneta, podía ver como el Sol se iba ocultando haciendo lucir todas las luces navideñas de los vecinos de George, toda la mañana se la había pasado en completo silencio, seguía teniendo un revuelo en la cabeza, aún. Llegó un momento en donde no sabía si cancelar la cita o no, ella en verdad quería ir pero al mismo tiempo quería quedarse en casa acostada sin salir de su habitación, sabía que preocuparía a los padres de George así que prefirió fingir que todo estaba bien, después de todo, no dejaría que su padre siguiera arruinando su vida.

Por alguna razón, sabía que tenía que sentirse nerviosa, pero no, solo estaba emocionada, le gustaba pasar tiempo con George, y quería ver a donde terminaba todo esto.

George le hacía plática casual, en realidad, todas las preguntas que se hacen en una cita como: ¿Qué saber de helado te gusta? ¿A qué conciertos has ido? ¿Eres alérgico a algo? ¿Tienes mascotas? ¿Cuál es tu comida favorita? ¿Qué tipo de películas te gusta ver?, ya las habían discutido.

George se estacionó en una parte del pueblo que ella no ubicaba, volteo a todos lados y reconoció el edificio del super a lo lejos pero nada más, estaban frente a un edificio gris, parecía un almacén, no tenía ventanas y si no confiara en George, ella hubiera corrido.

—Ven, entremos. —George estiró su mano hacia ella esperando que la tomara, pero no sabía lo que Grace haría, así como con la puerta anteriormente.

Se sorprendió al ver que ella la aceptaba y comenzaba a caminar junto con él.

Al entrar, era todo lo contrario a lo que se veía afuera. Al parecer si era un almacén, pero estaba arreglado para ser un campo de minigolf neon, había pintura por todos lados, y cada hoyo estaba decorado de forma completamente ridícula, había niños corriendo, adultos jugando y algunas madres en la zona de comida esperando por sus hijos. El ánimo de Grace se recuperó de inmediato.

Deudas Pendientes /Libro 1/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora