Capítulo 11

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Esa noche Grace había dormido más de lo normal. Eran las 9 según el reloj y aún estaba en cama, los últimos días había estado tan preocupada por sus problemas económicos que no se había permitido disfrutar las vacaciones, pero hoy no se permitiría pensar en eso, disfrutaría la Navidad y ya sería problema de la Grace del futuro.

Estaba abriendo la puerta de su habitación, aún en pijama, porque según George y Collin, los regalos se abrían en pijama y justo se encontró a George que la recibió con una sonrisa de oreja a oreja. El corazón de Grace dio un brinco.

George se apresuró a llegar a donde ella estaba y la alzó mientras le decía: ¡Feliz Navidad! ¿Lista para el mejor día del año?

—Soy más de celebrar Halloween, pero sí, la Navidad es un buen segundo lugar. —Lo decía solo para molestarlo.

—¿Segundo lugar? ¿Acaso estás loca, Bloom? —Y lo había logrado. —Ahora, hay que bajar, antes de que lleguen mis sobrinos, Grinch.

En la sala, estaban Colin y Marianne esperando por ellos. —¡Hey! que bueno que bajaron, esperábamos que ya estuvieran levantados, ahora hay que abrir algunos regalos.

En ese momento Grace se sintió un poco mal por no haber comprado nada, pero de verdad se había quedado sin dinero, aunque si lo pensaba, no creía que Colin y Marianne fueran a molestarse con ella.

El árbol estaba inundado de regalos, muchos eran los que ellos habían comprado y envuelto una vez que los padres del pelinegro se fueron a dormir, esperando a que sus sobrinos y los hermanos de George llegarán y los abrieran.

—Grace ten, este es de parte mío. —Marianne le extendió una caja envuelta de un bonito papel navideño de color rojo. —Y no te preocupes, George ya nos dijo que fue tu idea lo de la cena, y tu regalo para nosotros, muchas gracias por eso, la disfrutamos mucho.

En ese momento Grace volteó a ver al castaño que estaba abriendo una caja de parte de su mamá y en el momento en que sus miradas se cruzaron él le regaló un guiño, después de todo, él siempre estaba salvándola.

Grace rompió el papel y dentro, se encontró con un suéter que Marianne le había tejido a escondidas, puesto que ella jamás la había visto tejer y había pasado bastante tiempo con ella. El suéter era de un bonito color vino. A Grace le había encantado y lo hizo saber regalándole un enorme abrazo a Marianne.

Luego Colin se acercó a ella y también le entregó un regalo. —La cena estuvo deliciosa, querida. Espero te guste, me dijiste que te gustaba leer así que te regalo uno de los mejores libros jamás escritos.

Grace también abrió ese regalo de inmediato y sacó el libro de Drácula de Bram Stoker. Colin le había mencionado que era un fanático del terror, y que mejor libro para adentrarse en ese genero que un clásico. Grace también lo abrazó feliz con los regalos que acababa de recibir.

—Muchas gracias a ambos, la verdad es que el hecho de recibirme en su casa sin previo aviso, es suficiente para mí. No tenían que —A Grace se le cortó la voz por las lágrimas.

—Ay, mi niña, no tienes que agradecer, es un gusto tenerte. —Marianne corrió a abrazarla de nuevo.

—Bueno, ahora va mi regalo para ustedes. —George sacó un sobre y se los entregó. —Es para ambos, y espero que lo disfruten.

George se alejó y se puso a un lado de Grace mientras veía a sus padres abrir el sobre y ver cómo sus caras cambiaban. Al parecer, George, les había regalado unas vacaciones pagadas a Mykonos, Grecia.

Colin y Marianne se abrazaron muy felices y luego corrieron a abrazar a su hijo, todo era increíble. Ya cada quien estaba disfrutando y alzando el relajo de los papeles, cuando George se acercó a Grace con una caja en las manos.

Deudas Pendientes /Libro 1/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora