Capítulo 5

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—¡Uggg! —Grace se acomodaba el cabello en una coleta alta para después cerrar su computadora de golpe.

Después de que se "había" ido a dormir, se revolcó un rato por la cama, dandp vueltas y vueltas hasta que aceptó que esa noche no podría dormir. Se había pasado la noche entera haciendo sus cuentas, revisando sus gastos, los préstamos que había pedido al banco.

Todos y cada uno de sus movimientos bancarios daban cero, no había número rojos negativos, nada fuera de lo ordinario, estaba al corriente con todos sus pagos, había terminado de pagar uno de los dos préstamos que había tomado para pagar la universidad y para pagar su departamento y con el segundo ya casi terminaba. No entendía el porqué cancelar sus tarjetas.

La chica sumergida en su propia desesperación y miseria, decidió ponerse de pie y salir al baño a refrescarse un poco, eran las 6 de la mañana y no escuchaba movimiento alguno. Pero un baño podría serle bueno, su cabeza descansaría y a pesar de que no pudo dormir, se relajaría un poco.

Con una toalla en la cabeza y otra alrededor de su cuerpo salió lo más rápido del baño dejando una nube de vapor detrás de ella y entró al cuarto de visitas. Se colocó unos jeans, un suéter azul pastel y unos tenis blancos. Luego, en lo que se cepillaba el cabello su estómago indicó que tenía hambre, así que decidió bajar para al menos tomar un vaso de agua y apaciguar su apetito.

Pero Grace se sorprendió al llegar a la cocina al encontrar a Collin y Marianne preparando el desayuno.

—Buenos días, linda. —Marianne le regaló una sonrisa mientras exprimía una naranja.

Collin, el padre de George estaba de espaldas cocinando algo en la estufa, algo que olía delicioso. Ella revisó el reloj de muñeca que traía para confirmar la hora y efectivamente eran las 7:32 am.

—Buenos días, siento si los desperté. —Grace saludo esperando a que ella no hubiera hecho demasiado ruido.

—Para nada, normalmente nos levantamos a esta hora. —Collin le respondió para después volver a lo suyo. —Ya es una costumbre, claro que preparar el desayuno no lo es tanto, pero tenemos una invitada especial y queremos hacerla sentir bienvenida. ¿Tú qué dices, Grace? ¿Le gustarán los huevos revueltos? —Era obvio que se refería a ella pero estaba jugando un poco.

—Claro que le gustarán.

—Como eres, Colin. —Marianne lo regañó pero con una risa.

—¿Necesitan ayuda? —Grace preguntó algo tímida y sonrojada por la pena.

—Creo que nos vendría bien que nos ayudaras a poner la mesa. —Marianne le dijo con una sonrisa. —Ahí están los cubiertos y los platos y vasos de este lado.

Grace hizo lo que le pidieron y se comenzaba a preguntar donde estaba George porque estar sola con sus padres la hacía sentirse algo incómoda. ¿De qué les hablaría? Y mientras pensaba en George y terminaba de colocar los cubiertos de nuevo la voz de Marianne la llamó:

—Creo que deberíamos de ir a despertar a George. Grace, ¿podrías hacerme ese favor?

—Claro. Así aprovecho ir por mi celular. —La castaña se comenzó a preguntar como lo haría, ¿entraría a su cuarto? ¿así como así?

Comenzó a subir las escaleras y con la mirada buscó el cuarto que debía de pertenecer a George.

Una vez que llegó hasta arriba, entró al cuarto de visitas, tomó su celular y ahora a lo que verdaderamente venía, despertar a George.

Comenzó a tocar la puerta.

Un toque sin respuesta, después dijo su nombre en alto. Nada.

Por fin agarró valor para entrar y lo encontró boca abajo, extendido en toda la cama, con el edredón sobre su espalda. Dejó de prestarle atención para observar su cuarto, había posters de las películas Armagedón y Día de la Independencia. Tenía un papel tapiz de planetas y algunas otras cosas relacionadas al universo. En su escritorio tenía una foto con sus papás en lo que creía era la graduación de preparatoria y un marciano sosteniendo algunos lápices.

Deudas Pendientes /Libro 1/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora