Capítulo 15

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¿Qué es lo que acababa de escuchar? George no había dicho nada, pero cuando vio que Julia se estaba alejando fue cuando decidió abrir la boca.

—¿A dónde crees que vas? No puedes soltar algo por el estilo e irte.

—Apuesto a que tienes que regresar, la castaña debe de estar esperando. —La cara de Julia era una mezcla de satisfacción y enojo.

George se estaba sintiendo mareado, pero no estaba listo para irse hasta que supiera todo.

—Julia, no estoy para rodeos, necesito que me digas, ¿a qué te refieres, cuando dijiste que esperas que ella me sea fiel?

Julia suspiró y dijo: —Supongo que tengo un momento en el que me dan mi orden. Déjame pedirla, espérame en una mesa.

George aún con el paquete en las manos, buscó la mesa más alejada de gente y se sentó ahí, había dejado su comida a un lado y el solo olerla le estaban dando náuseas, comenzó a jugar con sus manos y por primera vez en su vida, no entendía lo que estaba pasando.

Cuando la pelirroja regresó, traía dos tazas en sus manos.

—Ya, toma, tiene dos de azúcar. —George solo vio la taza de reojo, pero no se atrevió a tomarla. Aún jugaba con sus manos.

Julia dio un respiro profundo y comenzó a hablar.

—Antes que nada, quiero pedirte una disculpa, yo pensé que sabías. —George solo negó. —Después de todo, ¿por qué otra razón terminarías conmigo días después de que me dijeras que yo era el amor de tu vida?

George se tensó al escuchar eso. La razón tenía nombre y apellido. Él jamás había usado la palabra "amor de su vida", si recordaba bien, había sido, "primer amor"

—Supuse que tu madre o alguien te había dicho la verdad del porqué no acepté casarme contigo. Yo no sabía que tu ibas a proponérmelo, pero días antes de que lo hicieras, tu mamá se acercó a mi casa, para hablar conmigo de mujer a mujer. —Julia veía el ceño de George cambiar y sabía que lo que causaría era un dolor increíble, pero sentía que se lo merecía. —Ella me encontró con alguien, pero ella no quiso mi explicación, él era un primo, no ella sabía supuestamente que significaba, de ahí, me dijo que si yo no me negaba a tu propuesta ella se encargaría de que la boda no sucediera, en serio dijo eso, puedo citarla si quieres, "De mi cuenta corre que esa boda no se efectúe." Fue verdaderamente vergonzoso, teníamos 19 años, siempre supuse que no importaba lo que yo dijera, ella tendría las de ganar, se cuanto amas a tu madre, pero eso no significa que me doliera, y en verdad me arrepiento mucho de lo que hice, debí de interponerme y decirte que sí, pero yo tenía miedo.

Julia sabía que podía continuar hablando, pero la cara de George ya ni siquiera estaba mirándola, estaba viendo el salero entre ellos, y ella aprovechó para tomar un poco del café que había traído, Julia podía ver como el calor se escapaba de la taza que pertenecía a George.

El pelinegro, por otro lado, había abandonado la cafetería y se había ido a la noche en la que le pidió matrimonio, recordaba el sentimiento de nervios antes de ir por ella, el como su madre lo había alentado toda la semana disipando sus nervios y como su padre sonreía orgulloso al verlo tomar ese gran paso. Había salido como un hombre de su casa y cuando regresó, solo se sentía como un pequeño, recordó las palabras de su madre: Oh George, lo siento mucho, pero no dejes que esto te detenga, ya llegará la indicada.

George rió enojado, su madre supo todo ese tiempo, ¿su padre sabría? Tal vez.

—George, de verdad siento mucho esto. Es solo que de verdad pensé que tú lo sabías.

Deudas Pendientes /Libro 1/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora