Capítulo 17

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Los siguientes dos días a la muerte de su madre fueron como un rayo para Grace. No se sorprendió al ver que nadie vino a dar sus condolencias, su padre mantenía alejada a su madre haciendo que no tuviera amigos, y su familia ya no mantenía contacto.

Y en efecto, su hermano había llegado a un acuerdo con el banco, al parecer si habían sido antiguos compañeros de la universidad y les había ayudado, solo tenía que renunciar a la propiedad con todo lo que había adentro para hacer una subasta de los bienes y al haber firmado, sus tarjetas volvían a ella

Grace pudo entrar al cuarto que le pertenecía solo para encontrarse con nada de lo que ella había dejado. No había una cama, las paredes eran de un descolorido color rosa, casi café, periódicos como cortinas, ni un rastro de los libros, revistas, juguetes o peluches que ella había decidido no llevar.

—Papá se deshizo de todo al momento que recibió tu nota. —La voz de Oliver se hizo presente.

—Está bien. Supuse que lo haría.

Su hermano se acercó para estar al mismo nivel de su hermana.

—¿Sabes? Una parte de mi te odiaba.

—Lo sé. Yo también te odiaba. —Grace dijo sin voltearlo a ver.

—No, no le entiendes, te odiaba por irte, pero no por las razones que crees, yo siempre soñé con hacerlo pero jamás tuve el valor para hacerlo.

>>Cuando mamá me habló llorando apenas pude entenderle, menos con los gritos que papá propinaba detrás. Una vez que entendí lo que pasaba corrí para casa de nuevo. Después de todo, solo eran dos horas en auto, tenía que verlo por mi mismo. Cuando llegué y vi que todo era cierto te odie, pero no por hacer llorar a mamá o por hacer poner rojo de coraje a papá como jamás antes lo había visto, te odie porque ahora yo tendría que lidiar con todo.

Grace no quería interrumpir a su hermano, sabía que le había costado tiempo decir todo lo que estaba pronunciando.

>>Siempre sentí que yo podría alejarme de ellos una vez que comenzara a trabajar, pero tu hiciste algo que soñé muchas noches, cada vez que papá nos golpeaba de más, o cada vez que podía escucharlo peleando contigo y con mamá.

—No fue tan bonito si te hace sentir mejor. —Grace dijo. —Las primeras noches dormí en unos baños del metro que tuve que cerrar, fue horrible pero mi dinero no me alcanzaba para un hotel. La universidad se encargaría de mi pero el ciclo escolar todavía no iniciaba y no podía mudarme el dormitorio.

Oliver odió tener que escuchar eso, escuchar que su hermana tuvo que vivir como indigente.

—Luego una señora de limpieza me encontró y me ofreció su sillón, me ayudó a encontrar trabajo en la misma compañía de limpieza que ella y así continué toda la universidad. Pero mira, lo pasado pisado, yo estoy bien. ¿Tú?

—Me convertí en papá. Solo que mi esposa si tuvo el valor de dejarme.

—¡¿La golpeaste?! —Grace se escandalizó y lo miró recordando como lo primero que pensó al verlo fue que era idéntico a su padre.

—No, jamás haría eso. Es solo que no le hacía mucho caso, y ella se cansó de mí. Supongo que jamás nos amamos en serio pero lo que más me duele es mi hijo ¿sabes? Crecerá pensando que su padre es un asno.

Grace recordaba que su madre antes de morir le había dicho que hiciera las cosas bien con ese niño.

—Pienso igual que mamá, no puedes dejar que tu hijo piense eso, tal vez deberías ir a donde está él y demostrar que en verdad te interesa. Primero, encuentra un trabajo. Y pasa tiempo con él.

Deudas Pendientes /Libro 1/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora