"Nuevo compañero"
Raina Karsten.
Salgo del despacho de padre, furiosa. Ray camina a grandes zancadas hacia mí, intentando colocarse a mi lado, pero cada vez que consigo verlo de reojo, acelero. La herida de mi pierna me pide a gritos que tenga cuidado y no vaya tan deprisa, pero si tengo que estar un minuto más en esta mansión, haré volar todo por los aires.
Bajo las escaleras quedan a una cochera subterránea donde tengo aparcado mi coche. Saco las llaves de uno de mis bolsillos y presiono un botón, quitando la seguridad del coche.
— Raina espera, hablemos. — De nuevo, resuena su dichosa voz, a la vez que toma mi hombro deteniéndome.
— ¡Qué no me toques joder! — Lo aparto de un fuerte empujón haciendo que trastabille. — No pienso trabajar contigo. Así que si no quieres acabar hoy con una bala en tu cabeza, te recomiendo que me dejes en paz.
Rápidamente alza sus manos mostrándome las palmas.
— Vale, lo siento, pero no te pongas así. — Intenta dar un paso hacia mí, pero en cuanto le dedico una mirada se para en seco. Buen chico. — Sé que no es lo que te esperabas, pero podemos llevarnos bien. Podemos formar un gran equipo.
— No quiero formar ningún equipo de nuevo, lo que quiero es trabajar sola. — Lo señalo. — Y para eso tú no tienes que estar.
— Me gustaría seguir con vida.
— Pues te recomiendo que te des media vuelta y vayas a hablar con Gunther. Convéncele de que es mejor que trabaje sola, y solo así, tal vez consigas caerme bien y no quiera matarte.
Lo dejo en medio del parking, doy los últimos pasos que me faltaban y me introduzco en mi coche. Suelto un sonoro suspiro en cuanto caigo sobre el mullido asiento, coloco las llaves en el contacto, pero antes de girarlas para arrancar, la puerta del copiloto se abre.
— No puedo hacer eso.
Su presencia comienza a irritarme. Nunca pensé que pasaría esto, pero está consiguiendo que me caiga hasta mejor Cassian. Y mira que él y yo nos llevamos realmente mal. Intento contar hasta tres, hasta diez e incluso hasta cien. Pero no funciona.
— Sal. — Mi voz suena ronca, contenida.
— ¿Azúcar?
Se acabó. Mi paciencia tiene un límite muy corto, pero este chico lo ha sobrepasado en cuestión de segundos. Suerte de que no tengo mi pistola encima, pues ahora mismo estaría muerto y todo mi coche lleno de sangre.
Curioso. La imagen es bastante satisfactoria, tal vez deba hacerlo.
Saco con fuerza la llave del contacto, y en un veloz movimiento salgo del coche, echando el seguro antes de que le dé tiempo a salir.
— ¡Eh! ¡No me dejes aquí! — Golpea mi ventana con fuerza. — ¡Vale ya paro! ¡Abre y te prometo que te dejo en paz! ¡Raina, joder perdona!
Me alejo de allí, escuchando de fondo sus gritos de desesperación. No pienso abrirle. Él solo se lo ha buscado, y bastante buena he sido para el expediente que llevo.
Paso por delante del coche de Cassian, sonríe al verme pasar. Estoy apunto de ignorarlo cuando toca el claxon y me hace señas para que vaya. Me encuentro demasiado enfadada para tener que aguantarlo, además de que parte de mi enfado también se debe a su culpa.
Retomo mi camino, pero vuelve a pitar para que me acerque. Hago el intento de contar hasta mil mientras avanzo hacia él. Baja la ventanilla de su lado, cuando me paro delante y me inclino para poder ver su rostro.
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Mafia Alemana | Herederos 1 ©
Romance** Libro 1 perteneciente de la saga "Herederos". ** Todo principio tiene fin y conocerse fue el inicio del suyo. Una chica caótica, explosiva. Un chico rebelde, incontrolable. Sus caminos están tan cerca y a la vez tan lejos. Un largo camino lleno d...