Mafia Alemana | Herederos 1 ©

Capítulo 15

"Inicios de una alianza"

Raina Karsten.

"Ese es el problema, que no quiero ese final."

Sus palabras siguen haciendo presión en mi cabeza, rompo el contacto visual cuando siento como sus labios se posan sobre los míos. Todo su cuerpo se relaja y los agarres que tenía sobre mí se vuelven débiles. Aprovecho y empujo su cuerpo hasta invertir las posiciones.

— Estás loco si crees que me voy a comer las babas de otras. — Gruño.

— ¿Celosa, cariño? — Una sonrisa petulante surge por sus labios mientras sus manos se enganchan en mis caderas.

— Más quisieras. — Apoya sus codos contra el suelo, levantando su espalda del suelo. — ¿Por qué no quieres ese final?

En pocos segundos su rostro vuelve a estar serio y es que está conversación no le está gustando. Mi cuerpo reacciona violentamente al suyo, al igual que puedo sentir el suyo correspondiendo al mío. Pero nada de eso va a pasar. Por dos simples razones.

La primera, no pienso tocar el mismo cuerpo que recientemente otras han manoseado.

La segunda, quiero llegar hasta el final de todo el asunto.

— Esa pregunta es absurda. — Bufa. — ¿Tú quieres morir?

— Sabes que no tenemos elección, es ganas de complicarnos la vida buscando algo a lo que aferrarnos para no caer en el juego de Gunther. — Ruedo hacia el lado sentándome con él. — Desde que entramos, hemos sabido nuestro destino.

— No, nos hemos conformado con nuestro destino. — Me rectifica algo que es imposible de cambiar. — Por eso hice lo que hice, porque podemos llegar hasta el final buscando otro camino y a la misma vez conformar a padre.

— ¿Y en el otro camino consiste en follar como animales?

— Si, porque por mucho que te odie y te deteste. Tu cuerpo jamás estará en la lista negra de cosas que quiero deshacerme. — Sus palabras son serias. Habla seguro y totalmente convencido. — Probemos Raina, no tenemos nada que perder.

Medito sus palabras. Pongo en una balanza todo lo que está en juego, todo lo que podemos ganar y perder. El peso es mayor, mucho más mayor, que en el otro lado de la balanza, que seguir el camino que llevábamos toda la vida siguiendo, cumplir sólo las palabras de padre y no hacer nada a sus espaldas.

— Podemos perderlo todo. — Le aclaro.

— No importa, igualmente vamos a perderlo todo si seguimos de brazos cruzados.

— ¿Este es el trato del que hablabas la otra noche?

— No solo la otra noche, si no desde que te dije que te infiltraras en el Olimpus, pero como eres tan jodidamente cabezota no he podido hablar contigo.

— ¿Serías capaz de traicionar a padre? — Inquiero dudosa.

A mi no me importa poner el mundo arder, poner al hombre que me dio la mano de pequeña en una trituradora y acabar con su vida posteriormente. Pero de Cassian, no estoy tan segura. Siempre desde pequeño se mostró muy soñador por tener toda la atención de padre, por ser su ojito derecho y acatar todas sus órdenes.

— Prefiero traicionarlo a él, que traicionarme a mí mismo. — Repaso todo su rostro, buscando un solo gesto que lo delate, pero nada aparece. Es sincero con sus palabras.

Quiero hablar con él, seguir preguntándole las miles de preguntas que rondan por mi cabeza acercar de su inesperado plan. Quiero aclarar todo este asunto, pero el sonido de balas en el exterior, nos pone en alerta. Dejamos de lado todo lo que nos evadía de la misión y en pocos segundos estamos de nuevo frente a los fusiles, listos para disparar.