Mafia Alemana | Herederos 1 ©

Capítulo 23

"Frénesis"

Cassian Heidrich.

Los cuatro ocupamos una gran mesa rectangular. Raina encabezando la reunión, Garin y Ray sentados uno al lado del otro, en el extremo derecho de ella, y yo situado enfrente de ellos. El resto de la mesa se extiende al lado nuestro como para darle sitio a veinte personas.

Detrás mía se encuentra el gran patio con una gran piscina que espero probar pronto.

Una enorme mansión vacacional que nosotros hemos ocupado para llevar a cabo una misión fundamental para saber el paradero que tendrá nuestra mafia y la de los hermanos Schiller.

— A partir de ahora inicia la misión oficialmente. — Comienza Raina. — Gunther estableció una serie de pautas, pero... ¿Lo veis por algún lado?

— Como esté aquí ese hombre, me muero. — El cuerpo de Ray tiembla observando todo. — Da un poco de miedito.

— Miedo voy a dar yo a partir de ahora. — Tanto Garin como Ray se yerguen. — Todo lo que él nos ordenó va a ser sutilmente modificado. — Separa los folios que están encima de la mesa y coloca un plano de nuestra casa y al lado el plano de otra casa. — No quiero ninguna clase de broma, Ray. Ni comentarios en contra de lo que a partir de ahora vayamos a hacer. Si Gunther quiere que sigamos sus normas, que venga él y nos guíe desde aquí.

— ¿No hablarás en serio? — Inquiere Garin.

— ¿Tengo cara de bromear?

Mi compañero me busca, sabiendo las confrontaciones que solemos tener Raina y yo, pero esta vez, no voy a contradecirla.

— ¿Tú también? — Abre los ojos sorprendido. — Esto es increíble. Nosotros nos dedicamos a seguir órdenes no a crearlas.

— Ahí es donde te equivocas. — La petulante sonrisa de Raina enfurece aún más a Garin. — Tú obedeces órdenes, nosotros las creamos. Ni por un casual pienses que tienes el mismo rango que nosotros en la mafia.

Se crea un silencio tenso entre los cuatro. O más bien, por parte de Garin, quien ahora busca apoyo por parte de su amigo.

— Dí algo, porque no creo que estés de acuerdo con esto, ¿verdad?

— Ellos tienen razón. — Ante el apoyo de Ray, solo puedo sonreír. Garin es una persona que no me genera confianza y que Ray nos interponga a nosotros quiere decir que tampoco comparte opiniones con él. — Gunther no puede pasarse toda la vida mandando sin mojarse. Él no sabe todo lo que se cuece en las misiones como para saber qué es lo correcto. Ellos sí. — Chasquea la lengua y nos mira. — Aunque oye, eso de que nos infravalores no me ha molado.

Ninguno dice nada. Garin aprieta las manos formando un puño, golpea la mesa y se levanta tirando la silla al suelo. Pocos segundos después, solo los tres estamos presentes en la improvisada mesa de reuniones.

— Como consejo. — Irrumpe Raina el silencio. — Dile a tu amigo que se le calmen los humos o está convivencia temporal va a acabar muy mal.

— No le deis importancia, se le pasa. — Mira sobre su hombro el lugar por el que su amigo se fue. — Siempre que se enfada, sale y se despeja un rato para calmarse.

Ni Raina ni yo comentamos nada al respecto. Volcamos los tres la vista a los planos y pasamos la siguiente hora, elaborando estrategias, acordando el papel de cada uno y atando cada uno de los cabos sueltos que Gunther no pensó a la hora de mandarnos la misión.

Buscamos entre los dos planos los puntos frágiles donde hay que extremar la precaución ya que tanto ellos como nosotros podemos vernos. En esa zonas, señaladas en rojo trataremos de no estar y si estamos, que sea actuando de la manera más común y normal posible.