...y comimos perdices.

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FLUKE

El vuelo hasta París ha sido largo y tedioso. Tengo que hacer que valga la pena todo este jaleo. Ohm me ha despedido en el aeropuerto con un mohín perpetuo en su preciosa cara.

Estas cosas me pasan por dejarme llevar por la más loca de mis amigas.

En cuanto salgo del control de equipajes Manaow me abraza como si no me hubiese visto en un año.

-Tu magnifico plan casi se echa a perder- le comunico mientras cogemos un taxi, que nos llevará a nuestro hotel.

- ¿Por qué? ¿Ohm ha sospechado algo?- me pregunta.

-Cuando me dejó en el aeropuerto me preguntó si podía ir a verte y quizás llevarte una sopa o algo por el estilo- le cuento.

- ¿Qué le dijiste?

-Que habías ido a casa de tu madre a Chiang Mai, y que te quedarías con ella hasta que te recuperaras- le explico.

-Muy ágil Natouch- me dice con un guiño.

-Soy malísimo mintiendo, he estado a una lágrima de contarle todo- le confieso.

-Flukeeeee- me regaña.

- ¿Qué? Tú no viste su cara de decepción cuando le dije que tenía que venir a París. Además, sé por Dell que había reservado una suite en su mejor hotel de Bangkok para pasar tres días juntos. Estoy empezando a pensar que esto no es buena idea- le resumo.

-Tarde para echarse atrás precioso, así que más vale que acabes de pulir los detalles de tu sorpresa porque Ohm estará aquí en dos días- me dice tan fresca.

Me concentro en lo que me falta por concretar de mi lista. Esta sorpresa tiene que ser épica y no pienso dejar nada al azar, así que abandono mis dudas y me pongo manos a la obra.

OHM

Solo ha pasado un día desde que Fluke se fue y ya lo echo terriblemente de menos. Nuestra cama es enorme, nunca me había parecido una desventaja, pero esta noche sí lo es.

Doy vueltas sin parar buscando el calor de su cuerpo, que por supuesto no voy a encontrar. No sé qué hora es, pero parece que llevo una eternidad en la cama sin poder dormir.

La semana pasada adelanté mucho trabajo para poder coger tres días para los dos, y ahora me encuentro solo y sin nada que hacer.

Resoplo y me resigno a pasar la noche en esta fría y solitaria cama.

De repente el teléfono suena en mi mesita de noche. Miro la pantalla para averiguar quién me llama a estas horas y veo que es Fluke.

Descuelgo rápidamente, debe haber pasado algo para que me llame tan tarde.

-Fluke, cariño ¿qué pasa?- le contesto asustado.

-No pasa nada grave, ¿te he despertado?- me pregunta, pero su voz es triste.

-No, la verdad es que me cuesta dormir sin ti- le confieso.

-A mí me pasa lo mismo- me dice.

-Suenas triste mi amor, ¿estás bien?- le pregunto, estoy empezando a preocuparme.

-Te echo de menos, quiero que estés aquí- me dice y me imagino sus labios preciosos, torcidos en un tierno puchero.

-Solo será una semana, enseguida estarás en casa y en mis brazos- le digo para que se alegre, pero yo no estoy de mejor ánimo.

-Ohm... ahora te llamo- me dice y seguidamente me cuelga.

Me quedo con una extraña sensación en el pecho, mi pequeño actúa de forma muy rara. Estoy empezando a pensar que me oculta algo.

30 días y una vida - OhmFlukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora