Capítulo 12

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OHM

No sé dónde poner mis manos primero, lo deseo tanto que me duele. No quiero dejar ningún rincón de su pequeño y perfecto cuerpo sin tocar, ningún lunar o peca quiero conocerlo por completo. Y no es solo su cuerpo el que quiero conocer, su alma me atrae incluso más, quiero sumergirme en este ser increíble que ha aceptado caminar conmigo, sin reservas.

Fluke me besa y mete su lengua en mi boca, sabe a regaliz y canela. Nunca he creído que el amor llega de repente, siempre he pensado que las relaciones se construyen a base de esfuerzo y tenacidad.

Pero con Fluke no tengo que esforzarme en nada, lo amo simple y llanamente y todo lo demás fluye por sí solo. Como hemos llegado a esto no lo sé, pero tampoco lo voy a cuestionar, estoy donde quiero estar, me siento en el lugar correcto por primera vez en muchísimo tiempo.

Le arranco más que le quito su precioso traje y lo tiro sobre la cama, necesito estar dentro de él, más que respirar. Me quema el deseo que siento ahora mismo. Me quito la ropa que me estorba y me uno a mi pequeño en la cama.

Beso su cuello y bajo por su pecho encontrando sus pezones por el camino, los muerdo ligeramente y Fluke me regala un gemido que va directo a mi polla. Dios es tan perfecto que no sé cómo todavía sigo en pie.

Ataco su ombligo con mi lengua y él alza las caderas ante la sensación. Fluke tiene una bonita erección, su polla es larga y de un color pálido que me atrae de mil maneras. La meto en mi boca y él pone su mano en mi pelo con nerviosismo.

Sabe que no tengo experiencia con chicos, pero he deseado hacer esto desde la primera vez que hicimos el amor.

Lo miro con deseo y le hago saber que estoy bien con esto, estoy más que bien joder, es genial.

Paso mi lengua por toda su longitud y veo como palpita, Fluke gime sin parar mientras agarra las sábanas con sus puños. Lo está disfrutando y yo también.

Cuando llego arriba chupo su glande y me la meto entera hasta la garganta, y Fluke deja salir un gruñido de su pecho, que rompe mis límites.

Saco el lubricante de la mesita de noche y pongo una cantidad generosa en mi mano. Esta noche quiero ver a Fluke enloquecer.

—Abre tus piernas para mí, amor— le susurro al oído.

Él me mira con su amor reflejado en la cara y hace lo que le digo. Con mis dedos pegajosos busco debajo de su hermoso culito su entrada y meto un dedo suavemente. Fluke aguanta y me besa con pasión. Cuando todo se vuelve resbaladizo y caliente le meto el siguiente dedo y él lo acepta sin queja alguna.

Meto y saco suavemente mis dedos de él mientras trazo un camino desde su esternón hasta su ombligo y allí regreso su bonito pene de vuelta a mi boca.

— ¡Dios, vas a matarme!, por favor...— me grita y yo no puedo estar más feliz y caliente, porque mi polla está a punto de reventar solo con oírle gritar así.

—Dime lo que quieres amor, lo que desees yo te lo daré— le susurro.

—Por favor no pares, sigue un poco más, estoy tan cerca— gime desde arriba.

Yo aumento el ritmo de mis dedos e intento dar en el punto exacto, profundizo un poco más y ahí está, golpeo su próstata y Fluke grita mientras se corre en mi boca.

Es el mejor espectáculo del mundo su cuerpo tenso, su preciosa cara sonrosada, su pelo revuelto y sus labios carnosos abiertos intentando respirar. Una puta obra de arte, eso es mi pequeño después de su orgasmo.

—Te amo Fluke, muchísimo— le confieso, no me importa darle mi corazón sé que no lo romperá.

Él me mira con adoración y me besa suavemente, se enrosca en mi cuerpo, trepa por mí y se sube a mi regazo pegando mi espalda contra la cama.

30 días y una vida - OhmFlukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora