9. she's a rainbow.

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Gia bailaba en la cocina, mientras preparaba el desayuno para ella y para Sophie, quien tenía un esguince en el pie, a veces le sorprendía lo torpe que era su amiga. El ritmo de The Rolling Stones acompañaba los movimientos de Gia, todavía estaba pensando en su cita con Pearce, en cómo había sostenido su mano,  en cómo la besó, sacudió su cabeza, intentando borrar de su cerebro, esos pensamientos.

La cita fue hacia una semana más o menos, Pearce y ella no habían hablado mucho, de hecho, cuando se reunieron en la casa de Kylee, el día que Milo y Sophie se reconciliaron, apenas se miraron, apenas se dirigieron la palabra.

Era un secreto.

Y eso lo asqueaba a Pearce, le molestaba el hecho de que Gia pudiera pretender que no sentía absolutamente nada por el, no había sido una mala cita, en su opinión, pensó que habían avanzado, pero por lo visto, si avanzaban un paso, inevitablemente retrocedían tres.

-No sé porqué no me quitan este maldito inmovilizador- masculló Sophie, apareciendo por el pasillo-  buen día, G.

La neoyorquina le sonrió:-Buenos días, señora me tuerzo el pie.

Sophie rodó los ojos, pero sonrió al escuchar el apodo, la chica tomó un tazón para servirse cereal, aunque su amiga le había preparado sándwiches, despertó con ganas de comer su cereal favorito.

-¿Cómo dormiste?- preguntó la castaña, mientras su amiga se sentaba para desayunar.

-Bien, aunque tengo mucho sueño, anoche me llamaron Jess y Poppy- contó, la chica le había hablado de sus amigas- ya sabes, me quedé despierta hasta al menos las cuatro de la mañana- soltó una risita.

Gia asintió:-Te admiro, sacrificar el sueño por tus amigas, eso dice lo mucho que las quieres.

-Y las extraño- añadió Sophie- ¿que hay de ti? Nunca me hablas de tus amigos- Gia infló sus mejillas, tomando asiento frente a su amiga.

-Es una difícil historia- al ver los ojos pardos de Sophie, llenos de curiosidad, se dio cuenta que debía hablar un poco sobre su vida- si tengo amigas, o tenia, no se, cuando terminé mi última relación, dejaron de hablarme. Eran amigas de mi ex. No mías. Ahí decidí que era más fácil simplemente no tener.

Sophie torció el labio.

-Eso es un poco solitario- Gia se encogió de hombros, la morena estiró su mano hacia ella- ahora tu y yo somos amigas, y lo seremos aunque dejemos de estar cerca.

Gia sabia que no lo hacía por lastima, aunque el pensamiento cruzó fugazmente por su mente, de igual forma tomó la mano de Sophie:-Lo sé, aparte, se que no soportarías estar sin mi cinco minutos.

Sophie rodó los ojos divertida, soltó su mano para ponerse de pie y caminar hacia la cocina.

-Obvio que no, ¿quien me haría el desayuno entonces?- Gia le lanzó una revista, haciéndola carcajearse- ¿Iras con nosotros a los bolos esta noche?

-¿Tengo opción?- Sophie fingió pensarlo, arrugando su nariz en una mueca tierna.

-No, no realmente-  respondió la castaña con una pequeña sonrisa, Gia frunció el ceño, cuando notó que se quedó mirando a la nada, con los ojos avellana preocupados.

-¿Pasa algo?- preguntó la neoyorquina, ella se encogió de hombros- puedes decirme.

Sophie suspiró, un poco temblorosa, acomodándose en el taburete de la cocina:-Es Milo.

-¿Ahora que hizo?- rodó los ojos la rubia-castaña, Sophie negó con la cabeza divertida, puso una mano detrás de su cuello, todavía pensativa.

Deja vu 《Pearce Joza》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora