Deja vu 《Pearce Joza》

4. waterloo.

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El cáncer había arruinado la vida de la familia de Gia, había arruinado el matrimonio de sus padres y sobretodo, había arruinado su vida en sí. Suspiró, mientras esperaba la llamada de su padre, había estado ignorando a Pearce desde el día de la fiesta, no porque quisiera o algo así, es que realmente le avergonzaba haberlo besado así.

Se sentía un juego y ella no quería ser un juego.

Acomodó las flores que Milo le había llevado a Sophie, estaban en su primera cita, cosa que alegraba demasiado a Gia, ya que sabía que ambos se gustaban mucho. Colocó el jarrón en la mesita de noche de Sophie, luego salió de ahí para irse hacia la sala, donde estaba viendo the voice.

Su móvil sonó.

-¿Hola?- atendió con palomitas en su boca, del otro lado de la línea, su padre arrugó la nariz.

-Al menos mastica y traga- contestó sarcástico haciéndola reir- hola pequeña, ¿como está todo?

-Está todo bien- respondió ella tranquilamente, mirando la pantalla de la televisión- ya sabes lo de siempre.

-¿Estás haciendo amigos?- preguntó su padre, ella ladeó la cabeza, aunque sabia que no la estaba viendo.

-Me estuve besando con un chico- soltó de repente.

-Dios bendiga ese sarcasmo tuyo- se quejó su padre, sin saber que en realidad si había hecho eso, ella sonrió.

-¿Estás bien? ¿como están todos? Los extraño- habló rápidamente.

-Pues todos estamos bien, en serio- contestó- y te extrañamos.

Gia sonrió:-¿Ya Stella terminó la secundaria?

-Vete a la mierda, Gianna- ella se carcajeó, su padre era muy sensible respecto al tema de su adorada esposa, un poco menor que él.

Se quedaron en silencio unos segundos.

-Y...- empezó Gia- ¿cómo está? ¿como van los tratamientos? Ya sabes, la quimio- su padre suspiró pesadamente, sabia que el tema saldría.

-Está como siempre ha estado, finge que está bien pero le cuesta aceptarlo- el corazón de Gia se estrujó- pero es fuerte, Gia. Ella es fuerte y se que podrá con eso.

-Los Hart somos fuertes.

Michael sonrió del otro lado de la línea:- iremos en unas dos semanas, ya lo sabes. No salgas con nadie y aparta unos días para tu adorada familia.

-Eso haré- recordó con tono cantarin.

-Y Gia, no mencionamos el tema del cáncer- dijo- sabemos lo mucho que le afecta, Stella y yo pensamos que lo mejor es no llevar el tema a momentos familiares.

Gia asintió con los ojos cristalizados, carraspeó, intentando que en su voz no se notara el dolor.

-Estoy muy de acuerdo- aceptó- bueno pá, debo irme, mi roomie quiere ver una película- mintió, mirando la casa solitaria-te llamo luego, te quiero.

-Está bien, corazón- le dijo- descansa, hablamos luego. Te quiero.

Gia colgó la llamada, soltando un suspiro largo, lágrimas cayeron de sus ojos, secandolas rápidamente, no iba a llorar. No podía. El cáncer había llegado a su familia, a su vida, había arruinado todo, pero ella no lloraría. Era más fuerte que eso.

Puso música de ABBA y pidió comida delivery, hoy sus ánimos estaban por el piso, se acostó en el sillón, con la comida en la mesa del centro. Una lágrima silenciosa cayó por su mejilla.