24. the one that i want.

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Gia estaba apoyada del pecho desnudo de Pearce, mientras que sobre sus piernas, estaba la libreta de bocetos, los lápices de colores estaban a su lado, y garabateaba con tranquilidad.

-Me gusta como queda la caída de la falda- murmuró él sobre su mejilla, abrazándola por la cintura, ambos estaban acostados en la cama de la chica.

-¿Si?- sonrió ella- a mi también, pero lo que no me convencen son las tiras detrás del cuello, no puedo verlo, ¿que opinas tú?

Pearce vió de nuevo el boceto:-Creo que queda bien, pero si no te gusta puedes quitarlo.

-Si- ladeó la cabeza- quizás sea lo mejor.

Gia se acomodó entre las piernas del chico, se apoyó de nuevo con cuidado de su pecho desnudo y el la abrazó por la cintura. Había pasado una semana desde la fiesta, Sophie se fue a Boston, su ciudad natal, cuando tuvo la oportunidad para el receso de navidad. Pearce y Gia habían pasado varios días juntos, el se quedaba a dormir, salían, vivían prácticamente todo el día juntos, y es que no se daban cuenta de que ello ocurría.

-Me encantan tus diseños- dijo el, Gia se giró un poco para verlo, con una sonrisa.

-Es mágico- contó ella- puedes tomar unos bocetos al azar, que cualquier diseñador diría que quedaron de la mierda, ponerlos en un cuadro y se verían hermosos.

-Los tuyos son hermosos- besó su mejilla, la chica usaba solo su camisa y eso le encantaba- ¿A qué edad descubriste que te gustaba diseñar?

La neoyorquina se emocionó:-Es una historia buenísima.

Pearce asintió preparándose.

-Estaba yo, una Gia común y corriente de doce años, estaba en una visita en esta extraña galería de arte, en un viaje escolar- comienza- entonces viene esta chica y se le caen las cosas justo delante mío, estuve a punto de fingir que no había pasado pero la ayudé, uno de sus cuadernos se había caído y estaba abierto a la mitad. Llenos de diseños.

Gia lo contaba con mucha ilusión.

-Eran tan hermosos, que le pregunté si eran suyos, a lo que me dijo que sí, que era diseñadora- continuó- yo me emocioné y pregunté una estupidez de si era famosa. La chica se rió y dijo que no, que apenas estaba estudiando diseño en Nueva York, pero ya el solo hecho de diseñar te hace una. Me mostró todos sus diseños y quedé enamorada de ese arte, no del arte que había en esos cuadros antiguos, sino en el arte que esa chica de diecinueve más o menos tenía en su cuaderno, eran maravillosos, entonces deseé poder crear.

Pearce sonrió, colocando un mechón desordenado de Gia detrás de su oreja.

-Entonces pedí una máquina de coser, telas, y un cuaderno para bocetos- suspiró- desde ese momento no me detuve, encontré algo que era mío, no mío porque lo hubiese encontrado sola pero tengo la extraña teoría de que estuvo planeado todo, que fue el destino, así descubrí que quería ser diseñadora.

-Me encanta la historia- respondió pearce besando su mejilla- me encantan tus diseños y me encanta la diseñadora.

Gia rodó los ojos divertida.

-¿Cuál fue la primera prenda que hiciste?- preguntó el interesado, ella lo pensó mucho antes de recordar cuál había sido.

-Era el cumpleaños de Mia- rodó los ojos- recuerdo que cuando ví las fotos de Instagram, tenía el mismo vestido que yo, y yo negaba rotundamente a ir a esa fiesta vestida igual que la bruja, así que corté e vestido y le abrí una rotura en la pierna, lo transformé en media hora y cuando lo ví, mi corazón se aceleró.

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2022 ⏰

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