—¿Por qué lo hiciste, Wilhelm?. — susurró por lo bajo. Sus ojos lucían con una extraña mezcla de tristeza y enojo. El rubio creía que incluso estos contenían lágrimas por lo brillosos que estaban.
Cualquiera diría que en realidad el moreno estaba siendo dramático y ya, pero lo que en realidad sentía era vergüenza. Él sólo quería que el rubio fuera honesto, y con esa mentira solo le confirmaba que en el algún punto sólo se estaba burlando de él.
Pero que iluso fue.
— No, no. — negó rápidamente tomando ambas manos de Simón. Lo miró directamente a los ojos y decidió que lo más importante en ese momento sería decirle toda la verdad. — Lo que ocurre es que no puedo decir lo que en verdad soy por que nadie lo sabe, sólo tú. — lucía honesto, en verdad lo hacía.
— Pero, ¿Porqué te molestaste? aquí nadie nos conoce. — Y sí, el pequeño tenía bastante razón. Wilhelm tenía que encontrar alguna respuesta rápida.
— Absolutamente nadie puede enterarse, nadie. — profundizó sus miradas y Simón le creyó.
— Su pedido. — el cajero les entregó la caja.
— Gracias. — asintió el menor y soltó las manos de Wilhelm para poder cargar con aquella caja.
— ¿No quieres que la lleve yo?. — preguntó educadamente.
— No, está bien. — negó amable.
Ambos se dirigieron hasta una de las mesas que estaban en lo que parecía ser el patio trasero. El sol brillaba y para mejorarlo todo, eran los únicos que se encontraban ahi. El calor era un tanto insoportable, pero con aquellos helados era más que suficiente.
— ¿Empezamos?. — sonrió y le extendió una cucharita rosa pastel. Wilhelm asintió y la tomó con cuidado para así comenzar a comer.
Al parecer estaban marchando bien después de todo.
[...]
— ¿En serio pudiste con todo eso?. — la morena estaba sorprendida. Si alguien le pidiera lo que ella le pidió a Wilhelm ni siquiera lo consideraría por que las ganas de vomitar incluso estaban desde antes que comenzara a actuar.
— Si, lo hice. — asintió mientras revolvía en círculos la cuchara sobre el café.
— Que asco tener que salir con el. — susurró. — Pero gracias por ayudarme en esto. —
— Créeme que haría cualquier cosa por verte feliz. — musitó sin dejar de sonreír.
Wilhelm estaba más que feliz de poder volver a tener el mismo contacto de siempre con su novia. Habían estado alejados por unas cuantas semanas hasta que Felice se enteró de los mensajes que le llegaban a su novio. Simón era el niño que estaba detrás de el desde hace años.
Ella jamás permitiría que le quitara algo mas, ya no. Si ese niño quería jugar, eso harían.— Solo quiero que lo ilusiones y luego lo destruyas. — miró al rubio con una sonrisa. — Destrúyelo como el lo hizo conmigo. — insistió y sonrió nuevamente al saber que Wilhelm estaba y estaría para siempre en la palma de su mano. — Dile lo mucho que te gusta, hazle creer que lo amas y sedúcelo hasta que caiga en tus manos. Abrázalo, bésalo y lo más importante, enamóralo mas de lo que ya está. — río pensando en el asco que eso podía causarle. — Al final de todo vas a dejarme disfrutar contigo de lo patético que lucirá frente a todos. — volteó a ver a Wilhelm y este asintió rápidamente. — Seré tu recompensa si eso sucede. — le sonrió.
— Haré todo lo que me pidas. Además, si tu vas a ser mi recompensa, ¿Qué mas podría pedir?. — rio sin dejar de ver a la morena.
Era un tonto enamorado, vaya que si.
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no, soy gay || wilmon
FanfictionTERMINADA se shippean personajes, no actores!! -si sos homofóbico no leas -si les molesta algo, diganlo -wilhelm y su familia no pertenecen a la monarquia -no sean lectoras/es fantasmas