capitulo 9

1.8K 187 50
                                    

Eran exactamente las tres de la madrugada del día sábado cuando recibió el mensaje de Wilhelm. De alguna forma se las había ingeniado para estar despierto casi toda la noche, aunque, en realidad fue el café excesivamente cargado que Ayub le ofreció temprano. Oyó vibrar su teléfono sobre su mesita de noche y lo tomó intentando ver a que se debía. Su bandeja de entrada dio recepción a un nuevo mensaje y este era del rubio. Simón sonrió sin poder creerlo, así que se apresuró en leer de que se trataba. Cuando se dió cuenta de que la intención era que volvieran a salir se emocionó tanto que sus mejillas enrojecieron y en sus ojos se acumularon lágrimas de felicidad.

"claro que sí."

Respondió inmediatamente y en cuestión de segundos recibió una respuesta por parte del rubio.

"Ire por ti."

"Estaré a las nueve."

Simón soltó un gritito de emoción en su almohada y tiró su teléfono haciendo que este cayera casi en los pies de esta. No le importó para nada que por poco se cayera al suelo, estaba demasiado feliz.

[...]

— ¿Cómo que te animaste a pedirle que salieran otra vez?. Creí que lo pensarías un poco más por que ayer no te veías tan decidido. Estabas asustado por descubrir que la cosita preciosa te encanta. — el pelinegro casi que no habitaba la casa de su mejor amigo. Wilhelm llegó a las siete de la mañana y se encontró con August acariciando a su cachorro encima de su cama. No le sorprendió para nada, incluso le ofreció desayuno.

— No lo sé. — se encogió de hombros y tomó un poco de fruta en su tenedor para llevárselo hasta la boca. — Supongo que no quiero que me lo ganes. — rio observando como August todavía jugaba con las patitas de Otis quien simplemente se dejaba ya que era demasiado flojo.

— ¿Yo?. — comentó sarcástico. — Mira, Simón se fijaría en mi si yo fuera tú. Es así, no hay razones para que yo pueda intentar algo con él. No te preocupes, siempre te elegirá. — dijo honesto.

August consideraba muy imposible el gustarle al pequeño, es decir, ¿Cómo se fijaría en el?. Era imposible. Claro. Además de que estaba definitivamente enamorado de su amigo y él había decidido alejarse para que ambos fueran felices. La verdad, no estaba muy seguro de los gustos de su Wilhelm por que creía que en algún punto este sólo intentaba salir con Simón para darle celos a la tonta de su ex novia. Esperaba con todas sus fuerzas que eso no fuera así por que si no estaría perdiendo la oportunidad de amar en su vida.

El rubio negó a las confesiones de su mejor amigo, ¿por qué decía todas esas cosas?. Claramente que Simón se fijaría en el. Si tan sólo él no tuviera que hacerle el favor a su novia de cobrar venganza estaba segurísimo de que lo apoyaría en todo para que ellos fueran felices, Aveces se sentía un completo idiota. Aunque claro, esta vez tenía cómo justificarlo.

— Lo siento. — susurró dejando de lado su desayuno para prestarle total atención a August quien por fin dejó a Otis para que fuera por comida. — No sabía que Simón te gustaba tanto. — relamió sus labios y peinó su cabello hacia atrás.

— Tienes razón, nunca te lo dije. — arrugó su nariz evitando sentirse avergonzado. — Me dediqué a admirarlo por tanto tiempo. — suspiró recordando cada una de las ocasiones en las que se le quedaba mirando como un idiota. — En serio, eres muy suertudo. — mencionó realmente sorprendido de lo afortunado que su amigo era.

— Lo sé. — asintió con intenciones de hacerle entender que lo mejor era que no se acercara al pequeño.

[...]

— ¿Te gustan mucho los crop tops?. — preguntó el rubio sin ánimos de incomodar. Solo una vez de muchas oportunidades logró verlo usando camisetas. No es que le quedaran mal. La verdad es que el moreno la lucía muy bien si era sincero.

no, soy gay || wilmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora