— Lo siento, de verdad. — susurró el pequeño luego de por fin hacer descansar a sus ojos de tanto llorar.
Ayub negó rápidamente y Rosh se lanzó a abrazarlo de nuevo.
— No digas eso, cariño. — murmuró su amiga. — Estaremos aquí para ti siempre que nos necesites, siempre será igual. — afirmó mientras acariciaba los suaves rizos del menor.
— Es que esto fue tan inesperado y me siento muy culpable por las consecuencias que tiene para ustedes por que no lo merecen. No quiero que se pierdan de su fiesta de graduación por mi culpa. Los amo demasiado cómo para hacerles algo así. Quiero que vayan, por favor. — pidió con una sonrisa ladina. — ¡Miren lo lindos que están!. — dijo olvidándose de todo por un momento para apreciar lo bien que ambos se veían. — No puedo estar más feliz de tener a personas cómo ustedes en mi vida. comentó sincero. — Es importante que estén ahi, así que por nada del mundo deben faltar. — demandó sintiéndose genuinamente feliz por ellos.
Ambos sonrieron.
— Creo que no sería adecuado dejarte aquí sólo en un momento como este. — dijo Rosh apretando un poco más el agarre del menor. — En realidad no nos importa que sea nuestra fiesta de último año. — se encogió de hombros restándole importancia con una sonrisa. — No importa por que nuestro único objetivo es estar siempre contigo, y esta no es la excepción. — finalizó intentando animar al rizado.
Simón no podía creer lo increíble que eran sus amigos. Ellos estuvieron ahí cuando su corazón empezó con aquella estúpida ilusión de tener algo con el chico de sus sueños, estuvieron ahí también cuándo logró captar la atención de aquella persona que para él era inalcanzable y sobretodo un amor completamente imposible, y ahora estaban ahí de igual manera para ayudar a reparar un poco de lo que quedaba de su corazón.
— Prométanme por favor que van a ir. — comentó firme mientras se quitaba alguna de las lágrimas que todavía caían de vez en cuando. — Necesito que lo hagan para no sentirme culpable. — colocó una sonrisa en su rostro y se levantó arreglando su vestuario que estaba un tanto arrugado.
Ayub hizo lo mismo enseguida y Rosh se les quedó viendo desde su lugar.
— ¿Qué es lo que harás?. — preguntó Ayub con ceño fruncido.
Conocía a su amigo, y tal vez le asustaba las medidas que planeaba tomar en su ausencia.
Simón negó con una sonrisa intacta en su rostro.
No estaba feliz, sólo quería que dejaran de preocuparse por él por que no lo merecían.
— Voy a relajarme un poco y trataré de descansar. — dijo sin importancia mientras comenzaba a desvestirse. — Estaré desnudo pronto así que es mejor que no vean el espectáculo. — rio empezando a sacarse la camisa que ya traía desprendida.
Ayub rio y tomó a Rosh del brazo suavemente apresurándola a salir lo antes posible.
— ¡Nos vamos!. — dijeron al unísono desde afuera.
Simón se relajó.
— Sólo si nos prometes que descansarás y te tranquilizarás para cuando estemos de vuelta puedas hablar con nosotros con calma. — pidió Ayub.
— ¡Está bien, lo prometo!. — afirmó después.
A los segundos dejo de escuchar pasos por lo que se percató de que ya no estaban. Se encaminó hasta una silla que había al lado del escritorio con los ojos llenos de lágrimas, su corazón estaba hecho pedazos y la oscuridad de su habitación hacia juego con sus emociones.
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no, soy gay || wilmon
FanfictionTERMINADA se shippean personajes, no actores!! -si sos homofóbico no leas -si les molesta algo, diganlo -wilhelm y su familia no pertenecen a la monarquia -no sean lectoras/es fantasmas