capitulo 17

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Wilhelm esperó impaciente en las gradas que se encontraban detrás de los baños de la escuela. Era un lugar bastante oculto de todo por que sólo lo usaba al personal de limpieza para recoger productos necesarios, y como ya estaban a nada de salir, decidió que sería el lugar indicado para esperar a Simón. Incluso compró bombones de chocolate blanco por que sabía que eran los favoritos del pequeño.

Se colocó mejor para quedar apoyado cómodamente en la baranda y suspiró mientras jugaba con los bombones entre sus dedos. Pensó en cómo no pudo resistir el querer ver al menor tan pronto como pudiera, por que hasta se faltó a su última clase. No podía esperar a que esta terminara para salir de esa aula asfixiante y tener al pequeño entre sus brazos, algo desesperado, pero muy cierto.

Sacó su teléfono de su bolsillo trasero y fue directamente hasta el sector de mensajes en donde se encontró con el chat de Simón y la que siguiente era August. A este último le había enviado más de tresmil mensajes durante todo el tiempo qué pasó después de la discusión que tuvieron en su casa. Intentó hablarle en la escuela e incluso pensó que este se sentaría a su lado cómo siempre lo había hecho en cada clase, pero simplemente no ocurrió. August ni siquiera le dirigía la mirada, mucho menos la palabra. Era cómo si él no existiera, y lo entendía, por que sabía que era exactamente lo que se merecía por haber hecho lo que hizo. Aún así, no dejaba de hacerle saber lo miserable que su vida se estaba volviendo sin él, y por eso decidió contarle lo que pasaba en cada segundo de su día cómo si nunca hubiesen dejado de hablarse. Le habló acerca de lo arrepentido que estaba y también de cómo al parecer el destino se estaba encargando de que pagara de la peor manera que, en ese momento, era haberse enamorado de la persona por la que jamás creyó que lo haría.

Wilhelm suspiró y abrió el chat del pequeño, después de un momento. Rio levemente cuándo vió el corazón verde al lado del nombre del menor. En una de esas noches de insomnio decidió editar su nombre y añadir ese emoji. Era un completo cursi, definitivamente.

Tecleó rápidamente un mensaje para él y mordió su labio inferior para intentar ocultar la gran sonrisa que amenazaba con escaparse.

"Te espero en la escaleras detrás del baño, amor."

"Compré algunos bombones."

"Se que son tus favoritos."

"Y me falté a la última clase por que no podía aguantar el no verte."

"Te amo."

Terminó de escribir los mensajes y guardó su teléfono en donde anteriormente estaba.

Esperó por al menos una hora y media hasta que el pequeño llegó hasta él con una sonrisa gigantesca en su bonito rostro.

Estaba realmente perdido por Simón.

— ¡Mi amor!. — chilló y extendió sus brazos para enredarlos en el cuello del contrario.

Wilhelm lo recibió con los brazos abiertos y enredó estos mismos en la cintura de su novio para atraerlo hacía él lo más que pudiera. Necesitaba tenerlo cerca por que se había vuelto igual de importante como respirar.

— Te extrañé tanto. — susurró sobre la sien del menor antes de depositar un suave beso en el mismo lugar.

— Nos vimos en el receso. — rio el pequeño y se separó para tomar asiento al lado de este.

Wilhelm se acomodó mejor sintiéndose vulnerable de repente, pero lo dejó pasar cuándo se dió cuenta lo lejos que estaba Simón de el.

— Ven aquí, estás muy lejos. — suplicó mientras estiraba sus brazos para tomarlo.

no, soy gay || wilmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora