capitulo 3

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— ¡Me dijo precioso, mira!. — Gritó el pequeño con una gran sonrisa. Su corazón podia explotar de la felicidad extrema que sentía.
No podía creer que Wilhelm por fin lo estaba notando, es decir, no sabía quién era exactamente, pero al menos no lo estaba dejando en visto como se imaginó en un principio.

— ¿Crees que rosh me mate si se entera que tomé el numero de Wilhelm de su agenda para dártelo? — Ayub estaba un tanto asustado. Rosh era la presidenta del club estudiantil, por lo tanto, tenía agendados absolutamente todos los números telefónicos de cada estudiante dentro de la institución. En un principio Ayub no había correspondido a los caprichos de ricitos, ¿pero quien le puede decir que no a un Simón con ojos de cachorro?.

Exacto, nadie.

— No, verás que no pasa nada. — Le restó importancia y continuó leyendo una y otra vez el mensaje que le envió el rubio.

— Eso espero. — susurró su amigo. Avanzó hasta la mesa que comúnmente elegían para almorzar y esperó a que Simón tomara asiento. A decir verdad, el estaba muy emocionado por saber que ocurría con la pareja. — ¿Qué le responderás?. — preguntó y se metió un pepinillo a la boca.

— Uhm, no lo sé. Me preguntó cuál es mi nombre, pero no quiero que lo sepa aún, quiero ser un misterioso admirador secreto. — suspiró y mordió su labio inferior sin dejar de observar la pantalla de su teléfono.

— ¿Como estás tan seguro de que es gay? Me dijiste que te lo encontraste y no fue para nada una buena primera impresión. — frunció el ceño. — Además tiene novia, ¿no?. — su amigo bebió un poco de su agua y no se esperó para nada la reacción del contrario.

— No sé si sea gay o no, pero se lo puedo preguntar, ¿no?. — sonrió emocionado. Su corazón le decía que Wilhelm era el amor de su vida, ¿cómo se puede equivocar el corazón?.

— ¿Y que pasa si te dice que no lo es?. — Preguntó segura de que el muchacho de cabello rubio no era para nada homosexual. — Ayub había visto a ese niño ligarse a demasiadas mujeres, no le cabía duda de que era completamente heterosexual.
Lastimosamente, no podía para nada borrarle las esperanzas a su pequeño favorito.

— Estoy seguro de que lo puedo hacer feliz. — susurró pensando en aquella posibilidad que su amiga planteaba. Sin embargo, le restó importancia y tecleó el siguiente mensaje para el rubio.

"Me gustaría que me llames tu admirador secreto, si."

sonrió el moreno al enviar aquel mensaje, no esperaba recibir una respuesta pronta pero así lo hizo.

"De acuerdo, pero no me dejes con la duda toda la vida, eh."

Simón soltó un gritito emocionado y le mostró los mensajes a su mejor amigo. Este solo negó divertido y le dejo un suave beso en la mejilla. Ese niño lo valía todo, hasta que rosh lo asesinara.

[...]

— August, esto se nos saldrá de las manos. — el rubio tomó su teléfono de las manos de su amigo y lo bloqueó. No quería seguir con ese juego, se le hacia algo tonto tener que fingir solo por que te quieres pasar un buen rato.

—Ya estás de aguafiestas nuevamente. — El pelinegro soltó un suspiro agotador y avanzó hasta el auto del rubio. Él solo buscaba divertirse un rato con el admirador de su amigo, nada más.
Tampoco era como si le fueran a romper el corazón o algo. Estaba muy seguro que ese niño ni cerca estaba, no entendía porque Wilhelm se alteraba tanto por el tema.

— ¿Donde está el "deja de jugar con las niñas que quieren algo contigo"?. — remedó el rubio y su amigo solo rio.

— Uno, no es una niña. Dos, yo no hablo así. — Golpeó al contrario en la entrepierna y escapó antes de que este reaccionara.

no, soy gay || wilmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora