Diecinueve.┇Canelo Angulo.

2.

LA NOTICIA.

—¿Qué hizo qué? ¡Ese imbécil! —Carolina gritó evidentemente furiosa.—

—No sé qué pasó con nosotros… 

Susurré limpiando una lágrima que bajaba por mi mejilla. Dios, me dolía la cabeza por haber llorado toda la mañana desde que Carlos se había marchado de mi departamento después de regresarme mis cosas. 

Verlo de nuevo frente a mi puerta me hizo remover todo aquello que ya había creído dejar atrás y dolía como el infierno.

Y sé que ya hace tiempo que pasó y que ya no hoy nada más que yo pudiese hacer, porque él ya no me ama, porque cuando una persona deja de quererte ya no puedes hacer que esa persona vuelva hacerlo, todo está perdido.

—Bien, ¿Dónde están las cosas? —Preguntó ella poniéndose de pie y buscando con la mirada la caja que Carlos había dejado.—

—¿Para qué? —Pregunté limpiando mi nariz con una toallita.—

—Las tiraremos es obvio ¿Y las cosas de él? 

—¿Las tiraremos? 

Carolina rodó los ojos y se acercó a mí tomando mi mano intentando levantarme de la cama. —Tiraremos todo, ¿Acaso no recuerdas tu lista? Tienes que cumplirla Isabel, no puedes estancarte aquí por un tipo que no sabe lo que quiere. —Exclamó y yo me senté en la cama sintiéndome un asco por los mocos y las lágrimas.— Esto es pasajero, Isabel tú eres hermosa en todos los sentidos, en cualquier momento encontrarás a alguien nuevo y será mucho mejor.

Respiré profundo hallando consuelo y razón en sus palabras, recordé mi lista, solo había cumplido pequeños puntos, pero tenía miedo.

—¡Vamos, ponte de pie! —Obedecí atando mi cabello en un rodete y limpié cualquier rastro de lágrimas de mi rostro.— ¿Dónde están las cosas? 

Miré mi armario, donde había escondido la caja porque no había sido lo bastante fuerte para ver qué había ahí.

Carolina caminó hasta mi armario donde abrió la puerta y sacó la caja. —No me importa qué cosas importantes tengas aquí, todas se irán a la basura. —Acotó caminando fuera de mi habitación, yo no dije nada, solo la seguí. Hecho toda la caja en el bote  de basura y la cerró. —¿Tienes algo de él aquí? 

—No… le he devuelto sus cosas también. 

—¿Regalos? 

—Ya me he deshecho de ellos. —Respondí y ella me miró dudosa, sin embargo su rostro se apaciguo.—

—Confiaré en ti. 

—¡Hey, hola chicas! —Sebastián llegó entrando con una sonrisa plasmada en su rostro y luego al ver mi horroroso rostro que daba lástima, se borró.—

—Déjame adivinar… —Dijo un poco cansado y luego me abrazó.—

—Es un estúpido, un imbécil un perro…—Mi amiga murmuró siendo interrumpida después.—

—Carolina, no ofendas a un lindo ser vivo comparandolo con ese idiota.— Sebastián la interrumpió.— 

—Ya pasó. —Susurré a Sebastián y el asintió mirándome.— 

—Si, yo sé que si y al ver esto más. —Dijo mostrándome la pantalla de su celular, yo entrecerre los ojos tratando de ver lo que él quería que viera y luego abrí la boca. Él tenía razón, todo pasó tan rápido que Carlos fue insignificante en ese momento.—

—No puede ser...—Murmuré al leer la lista de partidos del club del Guadalajara, estarían visitando la ciudad el fin de semana.— ¿Es real?