10.

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LA CITA NO TAN PERFECTA.

Llegó el Martes y con el mi cita con Jesús, porque si, era una cita a pesar de que yo no podía creerlo. Era tan irreal todo lo que me estaba sucediendo los últimos días y era sorprendente, mi familia no lo creería, si se los mencionara y supieran las verdad enloquecerian, porque ellos también lo admiraban. 

Me había esmerado especialmente en vestirme. Había elegido un vestido floreado entre lila y blanco, me ajustaba por la cadera y tenía unos tirantes que cubrían parte de mis hombros, el clima estaba muy cálido y eso ayudaba. No acostumbraba a utilizar mucho maquillaje, así que fue fácil, y solo me alacie el cabello. Era la versión más bonita de mi misma que había visto nunca, tal vez después de salir de esa depresión me había ayudado. 

Aquello me hizo recordar mi lista que había hecho un  mes atrás y cómo las cosas cambiaron tan rápido, cualquier cosa que haya sido, estaba agradecida y rogaba para que este sueño con él no terminará. 

Cuando me dirigía al lugar donde habíamos acordado Jesús y yo, los nervios aumentaron. Y como era habitual en mí, me encontré cubierta de una pátina de sudor en cuanto llegué.

Había un número pequeño de personas que estaban disfrutando de la vista de la ciudad, y yo deseaba que ninguno de ellos reconociera a Jesús cuándo llegará, no quería que esto se volviera un tema de algún espectáculo o nota de algo. 

Respiré profundo mirando a mi alrededor en busca de él, las piernas me temblaban y el corazón estaba saltando con fuerza, ¿Estaba a punto de desmayarme? Tal vez. 

Mordí mi labio inferior buscando algún lugar apartado, pero alguien tocó mi hombro y me congelé, sabía que era él. 

—Señorita ¿Busca a alguien? —Escuché que pregunto y el cuerpo no me respondía para girarme y verlo, malditos nervios.—

Lentamente me giré encontrándome con su bello rostro, él estaba sonriendo, debajo de la sombra de su gorra podía ver el brillo de sus ojos y sentí desmayarme al oler su exquisito olor elegante, podría embriagarme en él. Él me extendía un hermoso ramo colorido de flores, parecía estar nervioso igual que yo.

—H-hola. —Balbucee aferrándome al tirante de mi pequeña bolsa y sonreí como tonta.— ¿Realmente estás aquí? —Pregunté si pensarlo, tal vez este era el momento en el que mi alarma sonaba y yo despertaba lista para comenzar mi vida rutinaria y aburrida. Pero al escuchar su risa melodiosa y feliz, supe que era real. Esa risa tan bonita que había escuchado en videos que me encontraba en redes, no pude evitarlo, suspiré.— 

—Hola Isabe, son para ti.— Dijo entregándome el ramo, mi sonrisa no podía borrarse y con las manos temblando lo recibí cuando él daba un paso frente a mí y haciendo a un lado el mechón de mi cabello. Sentí su toque hasta la punta de mis pies y el cosquilleo en mi estómago apareció, si no fuera por mis tontos pensamientos, tal vez él también quería saber si esto no se trataba de un sueño.— Estás hermosa, más de lo que recordaba. —Musitó y yo no me pude contener cuando lo abracé tomándolo por sorpresa, pero él me correspondió el abrazo. Cerré los ojos aspirando su aroma al sentir su pecho, podría quedarme así para siempre. Se sentía tan bien estar en sus brazos. —

 No sé por cuánto tiempo estuvimos así, pero decidí ser valiente y separarme de él, nuestro tiempo era limitado y tenía que aprovecharlo. 

—Gracias, yo también estoy impresionada, en todo momento eres atractivo, pero ahora estás frente a mi y lo eres mucho más. —Me atreví a decirle y él nuevamente sonrió. Estaba tan guapo, el vestía unos jeans negros junto a una polera blanca y una chaqueta del mismo color que sus jeans, la gorra que llevaba servía para no reconocerlo rápidamente, bien pensando.—Gracias por venir. 

Diecinueve.┇Canelo Angulo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora