No puedo dejar de mirarlo, Jesús está riéndose mientras me cuenta una anécdota de su infancia. Tengo la mejor vista, él está sin camisa y con la playa de fondo.
La brisa del mar mueve mi cabello haciendo que unos mechones de cabello se atraviesen por mi rostro. El atardecer ha llegado en nuestro segundo día en la playa y no sé cómo es que el día se nos ha pasado tan rápido.
—Vamos a cambiarnos, te llevaré a cenar.
Jesús me ofrece su mano en cuanto él se pone de pie, cuando me incorporo, puedo sentir la arena en mi cuerpo.
—¿A dónde me llevarás a cenar? —preguntó entrelazando nuestras manos.
—Es una sorpresa.
—Las sorpresas no terminan contigo ¿Verdad?
—¿Quieres que terminen? —Me mira alzando una de cejas pobladas y quiero soltar un chillido emocionado, porque es tan atractivo cuando hace eso.
—No quiero —Niego — a mi me gusta que me sorprendas, siempre y cuando me des pistas.
Jesús ríe cuando damos la vuelta en el muelle, y ya puedo ver que estamos cerca del hotel.
—La pista es que no habrá gente.
—¿El cuarto de hotel? —Cuestioné más que interesada.
—No —Río mirándome.— Eso puede esperar toda la noche.
Y casi pude sentir como mi pulso latía más fuerte de lo normal y como mis mejillas se encendían. Lo único que hice fue golpear levemente su brazo haciendo que se riera de nuevo.
—Una pista más por favor.
—¡Mirá, ya llegamos!
Giré los ojos porque aún falta un poco más para llegar al hotel, pero estaba claro que el señor no me diría nada más.
Cuando entramos a la habitación lo primero que hice fue quitarme la delgada bata que llevaba, y buscar algún vestido, aunque no tenía muchas opciones, porque solo había traído de casa dos ligeros vestidos.
—¿Puedo llevarme este?
Le pregunté mostrándole mi vestido naranja, hubo un poco de confusión en su rostro pero luego sonrió.
—¿Por qué me lo preguntas? Estoy seguro de que te quedará hermoso como todos los que usas.
Inevitable ante su respuesta los colores se me subieron al rostro nuevamente, sintiendo un sin fin de emociones en mi pecho.
¡Este hombre me tenía!
Luego en la ducha, mientras disfrutaba de la lluvia artificial me detuve a pensar un momento. Teniendo en cuenta que regresar a mi pasado ya no debía ser lo ideal, pero… ¿Desde cuándo un hombre me trataba así?
Que me dijera e hiciera sentir de esa manera. Porque los pocos hombres que habían pasado por mi corto camino al principio eran lindos, pero con el paso del tiempo parecía que mi presencia en su vida no era lo más importante y posteriormente se desechaban como si yo no sintiera y valiera nada.
Y era increíble cómo es que a los pocos días ellos encontraban a alguien, mientras que yo seguía recogiendo los pedazos de mi corazón, recordando todas sus acusaciones cuando me culpaban de todo lo malo que pasaba y yo me lo creía…
¿Cuántas noches me fui a la cama llorando? Sintiéndome tan poca cosa, pensando en qué si yo fuera como ella, si yo tuviera aquello, si fuera más delgada, todo sería diferente.
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Diecinueve.┇Canelo Angulo.
Hayran Kurgu『¿Las cosas pasan por algo por algo." y "No es el tiempo, es la persona." ;Son algunas frases que a Isabel se le cruzaban por la mente cuando comenzó a conocer a uno de los futbolistas más queridos de Guadalajara. Después de su ruptura amorosa, Isa...