15.

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Antes de irnos, agradecimos a todos los que se encontraban ahí y habían hecho posible la cena de ensueño, algunos se tomaron fotos con Jesús y él como era normal accedió amablemente a sus peticiones.

 Cuanto amaba está parte de él, era difícil creer que ahora era mi novio, mío...

Cuando llegamos nuevamente al piso donde habitaba, los escalones se volvieron pesados, comenzaba agotarme, pero no quería dormír, no quería que está noche terminará. 

Saqué las llaves de mi bolso y comencé a abrir mi puerta.

—Debería irme ya. —Dijo él y yo lo miré incrédula, tendría que estar lo suficientemente loca para dejarlo ir a dormir solo al hotel en el que se hospedaba. Tenía que aprovechar el tiempo junto a él.—

—¿Te irás? —Pregunté un poco desanimada.—

—¡No! Es que asumi que querías que yo me fuera, y…

Ni siquiera lo dejé terminar cuando lo besé nuevamente. —Quédate conmigo por favor. —Pedí susurrando sobre sus labios.— 

—Está bien, no iré a ningún lado. —Respondió sonriendo a mitad del beso y mi petición cuando tomé su mano y junto a él entraba a mi departamento encendiendo la luz.— 

—La cena estuvo verdaderamente hermosa, será imposible de olvidar, muchas gracias.

—Lilibeth tú mereces todo lo bonito de este mundo. —Dijo. Solté un suspiro mirándolo y acercándome a él para abrazarlo.—

—Es por eso que te tengo ¿No es así? —Levanté la mirada encontrándome con sus hermosos ojos cafés haciendo que mis piernas comenzarán a temblar. Cerré los ojos cuando él terminó con la pequeña distancia que teníamos y me besaba, subí mis brazos a su cuello mientras retrocediamos y mi espalda chocaba contra la pared. Mi cuerpo estaba ardiendo ante su cercanía y cuando sus manos bajaban por mi espalda fue cuando reaccioné. Estábamos solos en mi departamento, nadie sabía de esto, era ideal para un par de amantes, pero no quería que las cosas fueran así con él, tan rápido, quería que fuera especial y lindo, como todo los sentimientos que él me provocaba.—

—No tenemos que… si tú no quieres.—Susurró él, supe a qué se refería ¿Había leído mis pensamientos? —

—Quisiera llevarlo con calma. —Respondí mirándolo tímidamente, él me miraba comprensivo y con una sonrisa tierna que me hizo sentir aliviada. Estaba a salvó con él, mi corazón se encontraba en un lugar cálido con una persona que me amaba, que le encantaba mi amor y que me comprendía. No estaba en el lugar donde no me prestaban atención, en el lugar en el que la noche terminaba siendo un infierno cuando Carlos se marchaba molesto porque yo estaba cansada después de un día pesado y no podía darle la noche que él quería. No, ya no estaba más con el monstruo, estaba con el caballero de armadura. Jesús no era así, Jesús era mi hombre ideal, él que siempre soñé.—

—No te preocupes. —Me sonrió dándome un tierno beso en la frente haciéndome sentir aún más protegida. El ambiente no era incómodo, era comprensivo, tierno, nada de presión en él.— 

—¿Quieres hacer algo más? —Pregunté después de silenciarnos y lo llevé a mi habitación.—

—Uhm no lo sé, debes descansar, mañana tendrás que ir a la universidad.

Solté una pequeña risa, había olvidado decírselo.—¿Y dejarte solo aquí? 

Jesús se encogió de hombros.—Puedo esperarte.

Era tan adorable.

—No iré, no te dejaré solo aquí. No servirá de nada ir a clases teniendo mi mente aquí.—Dije dándole un pequeño golpecito en su nariz con mi dedo índice.— Como tú y Sebastián son tan amigos, espero que su ropa de dormír sea cómoda para ti, él y Carolina tienen su propio cajón de ropa aquí. —Rodé los ojos divertida sacando algo de ropa cómoda de Sebastián para él.—

Diecinueve.┇Canelo Angulo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora