16.

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Resultaba liberador y emocionante ver pasar el mundo debajo de nosotros, pretendía engañarme que los nervios que tenía era por el vuelo, pero no era así. Ciertamente me aterraba el hecho de que conocería a la familia de Jesús en cuestión de horas y era un manojo de nervios al imaginar lo que sucedería en cuanto yo estuviera en su casa. Miles de preguntas invaden mi mente, porque era algo que realmente me importaba. ¿Y si no encajaba con ellos? ¿Si mi torpeza les hacía pensar algo de mi persona? ¿Me querrían como Jesús aseguraba? ¿Cómo eran ellos? ¿Eran igual de amables que Jesús? ¿Por qué era tan difícil? 

Respiré profundamente aferrándome al musculoso brazo de mi novio tratando de encontrar tranquilidad a mi escandalosa ansiedad y nerviosismo. 

—¿Qué es lo que tiene tu mente tan ocupada? Has estado muy inquieta. —Dijo él sacándome de mi transe, y si no fuera por su suave voz, no me hubiera dado cuenta que había estado moviendo mi pierna.—

—Estoy nerviosa. —Confesé levantando un poco la cabeza para verlo, el me miraba tiernamente, como si fuera un padre preocupado por su pequeña hija.—

—¿Te da miedo volar? —Cuestionó juntando ligeramente las cejas y yo solté una pequeña risa.—

—No, él conocer a tu familia ¿Qué pasa si no encajó con ellos? ¿Y si no les caigo bien? 

Mordí el interior de mi mejilla frustrado por aquello, Jesús rió y besó mi frente tomando mi mano. —No te preocupes por eso, ellos están ansiosos por conocerte y te aseguro que encajaras con ellos a la perfección, te amaran como yo… bueno no creo que eso sea posible, creo que no hay nadie más que te ame tanto como yo. 

Sonrió antes de besar cortarme mis labios y suspiré sintiendo un poco de tranquilidad, no me quedaba más que confiar en sus palabras. 

Al cabo de unas horas, nuestro vuelo aterrizó alrededor de las 8:30 P.M y como lo había imaginado, no había sido tan estresante, había sido calmado, incluso llegué a dormirme unos minutos, sin los llantos del bebé pequeño que venía en la fila frente a nosotros, yo hubiera seguido durmiendo, pero él evitó eso.

—Mi hermano nos está esperando para llevarnos a casa.— Murmuró Jesús mirando su celular en cuanto tomamos nuestras maletas.— 

—Está bien. —Exclamé colgando mi mochila sobre mis hombros y verificando rápidamente que tuviera todas las moletas que había traído conmigo. Los dos caminamos juntos hasta la salida donde pude reconocer a su hermano menor, él agitaba su mano en el aire, fue fácil reconocerlo por el parecido que tenía con mi novio y por las fotos que había visto de ellos dos.— 

—Ahí está. —Avisó Jesús a medida que nos acercabamos a él.— 

—¡Hermano! —Saludó él y yo observé con atención él abrazo cariñoso que ambos se daban.— Tú debes ser Isa ¿Verdad? —Preguntó mirándome después de que su abrazo terminará.—

—Así es, mucho gusto. —Respondí extendiendo mi mano hacia él.—

—Oxiel, gusto en conocer a la novia de mi hermano, él no ha parado de hablar de ti. —Se presentó estrechando mi mano, pero fuí sorprendida cuando el abrazo.— Bienvenida a la familia. 

—Gracias...

—Si, bueno ¿Nos vamos? — Jesús habló pareciendo apenado, su rostro estaba ligeramente enrojecido y eso me hizo soltar una pequeña risa.—

*

Unos minutos más tarde, entramos a la residencia privada, mi agotamiento me estaba cobrando factura por el viaje. Miré por la ventana cuando Oxiel estacionaba el coche frente a una hermosa casa con enormes ventanales, miré curiosa el lugar y supe que era ese cuando mire los autos de Jesús estacionados a un lado.

Diecinueve.┇Canelo Angulo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora