25.

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La boda de Blanca. 

Tal vez en algún tiempo atrás odiaba las bodas, bueno, asistir a ellas. 

Sin embargo ahora que tenía a un buen acompañante esperándome en el piso de abajo, me hacía sentir emoción por ellas, incluso querer asistir a todas. Era diferente ahora. 

Terminé de arreglarme el cabello, me había esmerado haciéndome unas hondas acompañado de un maquillaje del mismo color que mi vestido.

Mi vestido era largo, verde con cinturón brillante delgado alrededor de mi cintura y llevaba algunos pendientes a juego.

Me pinte una vez más los labios y verifique por última vez que llevará todo en mi pequeño bolso. Creo que ya estaba lista. 

Baje al piso de abajo donde Jesús hablaba con mi padre sentados en el sofá, mis tacones captaron su atención porque los dos me miraron, mi padre solo me sonrió, mientras que Jesús estaba estático.

Comencé a preocuparme ¿Llevaba maquillaje de más? ¿Él vestido era muy escotado? ¿Debía regresar a cambiarme? El estómago se me revolvió de tan solo imaginarlo.

—Bueno, iré calentando el coche —Avisó mi papá poniéndose de pie dándole una pequeña palmada a Jesús en el hombro antes de marcharse. 

—¿Me veo mal?

Fue lo primero que pregunté cuando estuvimos solos, Jesús se puso de pie y se acercó a mi. 

—¿Verte mal? Eso nunca existe en ti, Isa.

Respondió haciendo que respirara tranquila y el pecho se me hinche de emoción. Los dos sonreímos, Jesús me tomó de las manos y me dió un recorrido con la mirada deteniéndose en mi rostro, juro que temblé ante eso.

—Estás preciosa, siempre. 

Y después de decir eso me besó. 

Que tonta era, pero me costaba creer que ahora tenía a un buen hombre en mi vida, un hombre que sin importar mi aspecto él me decía y me hacía sentir que era hermosa. Que no odiaba que usará tacones altos o vestidos cortos, Jesús no era así y yo era tan afortunada.

Nos separamos rápidamente cuando escuchamos el claxon del coche de mi papá, los dos reímos y volvimos a tomarnos de la mano para salir. 

Mi madre ya se había adelantado porque quería apoyar a mi tía Laura (La madre de Blanca) con algunas cosas, así que yo llegaría junto a mi padre y mi novio a la ceremonia. Llegaríamos puntuales, el lugar donde se llevaría a cabo estaba a cinco minutos de casa. 

Como era de esperarse, yo fui la única que se subió en la parte de atrás, mi padre y Jesús se fueron en la parte de adelante. 

Cuando llegamos al estacionamiento, la mayoría de los invitados ya se encontraban ahí. Por lo que supe es que no sería una fiesta con una larga lista de invitados, solo los conocidos y familiares.

Jesús me ayudó a bajar y durante todo el camino a nuestro lugar no soltó mi mano hasta que tuvimos que saludar a algunos familiares. Era evidente que los conocidos de Blanca y Alex al verlo estaban impresionados, así que fotos de él de aquí saldrían. 

Miré el lugar, era impresionante, era indudable que mi prima y su prometido se habían lucido con todos sus preparativos y es que uno de los sueños de mi prima siempre fue tener una hermosa boda.

Todo era de un color crema, había cientas de luces y rosas que adornaban todo el techo y las paredes, el lugar de la ceremonia tenía un arco y un corazón con la inicial de sus nombres en rosas rojas en el centro, así que el aroma no debía de faltar.

Diecinueve.┇Canelo Angulo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora