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-Con ustedes la pregunta de porque están juntos sale sobrando-decía Ginny parada y de brazos cruzados mirando reprobatoriamente a los dos alfas frente a ella- Son tal para cual, par de bobos...

La omega seguía regañándolos mientras los dos alfas solo miraban a Harry y a Al con cara de perrito regañado. El pequeño seguía llorando en los brazos de su padre, ya había hablado con él y desafortunadamente se había culpado por toda la situación. Su cachorro había estado en casa de Pansy, ahí escuchó que había despertado su papá y solo deseaba verlo; pero las cosas se descontrolaron, él tenía mareos y un poco de náuseas pero trataba de mantenerse firme por Alnair.

Cuando Blaise sacó a Al de la habitación, Harry ya lo esperaba afuera, la sorpresa fue cuando mientras hablaba con el pequeño un dolor lo azotó horriblemente, la marca dolió fuerte y el casi se desmaya, de no haber sido por Ginny que lo sostuvo, mínimo hubiera caído; después Blaise salió en busca de un doctor, al parecer Draco había declinado tener cualquier cosa con Harry y eso fue directamente al lazo, provocando un dolor a ambos, la cosa fue que la situación provocó que el alfa se estresara, pues no solo sintió su dolor también el de Harry; lo que culminó en un ataque de nervios en el que los medimagos tuvieron que intervenir.

Harry sentía inutilidad e impotencia, sabía que esa reacción era una posibilidad, por eso la cosa era tratar de decírselo calmadamente, hacerle ver las cosas y que el poco a poco fuera atando cabos; pero el plan no se dió, ahora nuevas dudas estaban ahí ¿y si Draco se negaba siquiera a hablarle?, ¿si el alfa prefería romper el lazo?

Sacudió un poco su cabeza cerrando los ojos, luego respiró todo el aire que pudo- es mi alfa y lo he sabido sobrellevar desde niños; voy a hacer que ese estúpido creído me recuerde- no se iba a rendir, tenía que luchar y traer de vuelta a su alfa, porque aquel imbécil no se iba a librar tan fácil.

Una vez abrió los ojos decidió que era tarde y que lo mejor era irse a descansar a casa. Estaba a punto de expresarlo cuando vio como la cara de ambos alfas palidecían, y la de la pelirroja se llenaba de ese aire divertido que tenía cuando cometía una travesura, siguió su mirada y se encontró con Hermione hecha una furia, pero no iba sola atrás la seguía Astoria.

Hasta su pequeño dejó de llorar y se limpió con el pañuelo que le habían dado hace unos momentos; bien tal vez podría quedarse un poco al espectáculo que se avecinaba.

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Al siguiente día, cuando Draco despertó se encontró con su madre, Astoria y Pansy ahí. Su madre fue la primera en dirigirse a su persona diciéndole que empezarían a explicarle lo que él quisiera, Draco sintió algo adentro, una preocupación y dolor inexplicable, sentía ganas de salir y correr, por lo que intuyó que Potter no estaba del todo bien.

Para sorpresa de las 3 mujeres lo primero que pidió fueron libros e información, incluso hablar con un medimago sobre los lazos; Pansy se había alterado y le iba a empezar a gritar algo, cuando Astoria la sacó casi a empujones entre berrinches y lágrimas. Pasó el resto de la mañana informándose porqué él no iba a tomar un solo paso si no era consiente de absolutamente todo. Aunque sabía que cada lazo era diferente, pues los involucrados nunca eran iguales, decidió estar lo más consiente del impacto que representaba en esa situación.

Tras la derrota de Voldemort y los juicios que los Malfoy enfrentaron; Draco tuvo que ver el difícil proceso de romper un lazo, en sus propios padres. Aunque su madre se esforzaba en ocultarlo, el veía el dolor en su mirada, sus pocas ganas de comer, sus pocas ganas de vivir; sabía que si la omega seguía adelante era solo por él, por el amor tan inmensamente grande que le tenía, ahí supo dos cosas; una que el amar sin medidas hasta la última consecuencia, entregando todo sin pedir nada a cambio venia de familia, lo vio en la guerra, lo vio después de ella.

CENIZAS INSEPULTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora