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Narcissa se quedó con ellos prácticamente todo el día, incluso cuando el alfa pensaba que su madre no podía sorprenderlo más se encargó de pedir pizza, ambos acurrucaron a Alnair y finalmente se despidieron con un fuerte abrazo que por un momento hizo que el corazón de Draco se detuviera.

Y entonces se quedó solo con la conversación de la mañana en su cabeza; intentar hablar con Potter, la propuesta tenía mucho más peso del que aparentaba si se tomaba en cuenta que su propia madre le repetía constantemente el poder de las palabras.

Tras analizarlo detenidamente decidió seguir el consejo, después de todo por algo había aceptado vivir con ellos para decidir si valía la pena seguir con el lazo o no, obviamente tomaría medidas para tener el control absoluto de la situación.

Mientras bajaba se preguntó a qué piso llegaba Potter, decidió esperar en el primero, pasó mucho tiempo hasta que decidió invocar un tempus y percatarse de que eran las 12:20 am. Algo en la hora lo alteró, su instinto se preocupó, cuando menos sintió ya estaba de pie dirigiéndose a las escaleras pero un sonido lo detuvo.

-Mierda- escuchó la voz de Harry y se acercó tratando de no hacer ruido, el moreno estaba de espaldas pero su olor era de furia, su postura era tensa y casi pudo jurar que llevaba algo en las manos, sin embargo cuando este se volteó no había nada, sus miradas se encontraron, los ojos verdes se abrieron con sorpresa pero no de una manera agradable. Lo pensó un segundo, decidió no romper su plan.

-Hola ¿mal día?- sonrió de lado y se recargó en unas de las paredes cruzándose de brazos.

-Mucho trabajo- contestó el moreno solo levantando los hombros, era obvio que no quería tocar el tema, decidió ceder por ahora.

-¿ya cenaste?- Harry giro la mirada hacia el suelo, después de unos momentos solo asentó con la cabeza pero sin mirarlo.

-Si, algo.

Más obvio no podía ser-Potter eres un pésimo mentiroso- dijo regalándole uno de sus gestos fulminantes- ve al comedor, te traeré la cena- comenzó a moverse en dirección a la cocina, el omega iba a hablar pero viendo sus intenciones lo interrumpió- No voy a cocinar, pedimos pizza para la comida y te guarde una porción.

Su madre pidió 4 tipos diferentes de pizza y Draco se encargó de escoger 2 rebanadas de cada una para ese momento, la mantuvo caliente con un hechizo, la tomó y se dirigió al comedor, al entrar el omega ya estaba sentado en la cabeza de la mesa, dejó la pizza en ella y se sentó del lado derecho.

Podía sentirse una incómoda tensión entre ellos, el aroma del omega se volvió algo ácido y aunque empezó a comer, estaba atento con la mirada como si estuviera alerta por cualquier cosa; el hecho de mantener su varita a la mano no pasó desapercibido para Draco ¿Cómo saber que lo que estaba por hacer no era un error?

Pensó en lo dicho por su madre ~poner de tú parte ~ no era fácil pero podía ser algo pequeño y después cambiar la conversación para saber más del pasado.

-sabes, yo recordé algo- comentó tan casualmente como pudo; sin embargo su mirada se dirigió a la pizza como si fuera la cosa más interesante del mundo-bueno en realidad lo hice apenas llegar aquí, creo que se trataba de un picnic, Alnair no estaba pero comíamos en el jardín sobre una manta- no tuvo respuesta así que levantó la mirada encontrándose con esas grandes orbes llenas de esperanza. Comenzó a sentirse nervioso, decidió tomar una rebanada en un intento de disimularlo.

-¿recuerdas algo más específico?- ya con el bocado en la boca se limitó a negar con la cabeza, Potter no perdió su sonrisa- antes de que llegara Al solíamos salir a comer afuera en el jardín cada que podíamos.

CENIZAS INSEPULTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora