06. Hudson's y Taylor's.

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06. Hudson's y Taylor's.

10 de abril, 2017.

Braxton

Estaba de humor.

Juro que lo estaba.

Pero ahora no lo estoy. No lo estoy ni un poco escuchando las palabras de papá.

—Ella quiere verte, Braxton.

—Yo no—me encojo de hombros.

Cariño—el llamado de Darla me hace girar la vista hacia la pantalla que la está mostrando—. Debes dejar ir por completo para estar en paz, Braxton.

Coloco mis codos sobre mis rodillas y llevo mis manos a mi cabeza.

—Lo sé—murmuro—, pero no quiero verla. Quiero que todo lo relacionado con Elena se mantenga lejos. Sufrí mucho por su culpa y sé que ella también lo hizo, pero me cansé. Quiero ser egoísta y pensar en mí. No quiero verla. No quiero tener contacto con ella. Espero tener la valentía de hacerlo en algún momento, pero eso no es hoy.

—Quiero que sanes, Braxton—levanto la vista hacia Thomas.

—Lo haré, papá. Lo prometo. Terminaré de superar esto—le aseguro—, pero, para eso, debo dejar el pasado justo donde está: en el pasado.


—¿Realmente vas a salir con Blair?—pregunta por quinta vez, con desconfianza—. No me estás mintiendo, ¿o sí, Braxton?

Resoplo con frustración terminando de arreglar las mangas de la camisa blanca que llevo.

—Te he dicho mil veces que no te estoy mintiendo, Thomas.

—Umm—duda—. No confío en ti.

—Oh créeme, se nota—digo ofendido con un tono irónico.

—No puedes culparme—se encoge de hombros.

Ruedo los ojos—. No tendría por qué mentirte, aparte de que te recuerdo que soy mayor de edad.

—Eres mayor de edad desde hace apenas un mes, idiota—deja un golpe en mi nuca cuando cruzo por su lado en busca de mi teléfono. Me quejo llevando la mano al lugar donde me golpeó—. Pero ser mayor de edad no te quita lo estúpido.

Termino de coger mis cosas y volteo a verlo—¿Hoy te levantaste con ganas de ofenderme, Thomas Hudson?

—¿Te ofende la verdad, hijo?—se burla cruzándose de brazos.

Sin poder evitarlo me acerco a la cama, tomo una de las almohadas y se la mando. No es lo suficientemente rápido para esquivarla.

Me río cuando da directo a su rostro. Mando a correr para salir de la habitación justo en el momento que me tira la almohada de vuelta, ésta choca contra la pared cuando me muevo.

—¡Te amo, papá!—grito mientras salgo, riendo.

Avanzo por el pasillo y llego hasta el ascensor. Taylor me dijo que iba a venir por mí a las siete y media.

Una canción por cada corazón roto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora