22. Deans, «¿quién soy?» y te quiero.

4.3K 424 51
                                    



22. Deans, «¿quién soy?» y te quiero.

Blair

05 de julio, 2017.

—¿Por qué no me lo dijiste?

Me sonríe con el cariño que siempre se ha encargado de profesarme—No quería preocuparte.

—¡Por Dios mamá!—me quejo—¿Cuándo pensaban hablar con Kendall y conmigo? Lo hubiéramos ayudado, podríamos...

—No hay nada que hacer, Blair—me interrumpe.

—Pero...—la observo sin saber que más decir—¿Desde cuando está pasando esto?

—Poco antes de tu viaje a Europa—informa

—Mamá—suelto en tono lastimero acercándome hasta el sofá en el que se encuentra. Me acuclilló frente a ella, y tomo sus manos.

—Lo intentamos—me asegura—, tenemos meses intentándolo—suspira dándome una sonrisa.

»Al inicio creímos que eran problemas de pareja, que íbamos a poder arreglarlo, que todo estaría bien.

»Con el pasar del tiempo fue cansador. No sabíamos que más hacer. No nos estábamos entendiendo, el tiempo juntos era escaso, y en todo caso podría resultar incómodo—ahueca mis mejillas, y se agacha dejando un beso en mi frente antes de volver a enderezarse—. Amo a Evan. Es el mejor padre que pudiste tener, es una persona maravillosa y me dio la oportunidad de tener otra hija espléndida; y por esas mismas razones no quiero condenarlo a un amor gastado.

Me observa con fijeza, y acaricia mi cabello.

»Venderemos la casa—cuenta—. Queremos que otra familia pueda crear recuerdos maravillosos en ella, así como nosotros en su momento.

—¿Cómo estás?—cuestiono—, ¿cómo estás realmente?

Suspira, y no es hasta pocos minutos después que responde.

—Duele—murmura con la voz ahogada. Me pongo de pie y tomo asiento a su lado. Pasa su brazo por mis hombros y me acerca a ella, descansando su cabeza contra la mía—. Duele muchísimo, y duele más porque sé que es lo correcto—siento mis ojos humedecerse.

»Cuando el divorcio se convirtió en una opción, me di cuenta que mi vida realmente iba a cambiar, y en parte me asustó porque no es fácil desprenderse de la costumbre, de la seguridad—susurra—. Han sido de las semanas más tristes que he atravesado, pero lo que más me preocupaba era decírtelo a ti y a Ken.

—Yo te amo—aseguro—, muchísimo. Y a papá también. Son lo mejor que me ha pasado en la vida, y deseo lo mejor para ustedes.

»Nunca pensé que pasaríamos por esto—sonrío con tristeza sintiendo las lagrimas deslizarse por mis mejillas—. Pero a pesar de todo siempre seremos una familia, y los apoyaré en sus decisiones, porque sé que en ellas no hay maldad, ni rencor, solo el amor incondicional que construyeron en los años que duró su matrimonio.

—Esta será siempre mi familia.

Atravieso mi llanto silencioso, y cuando Evan entra en la sala, me acerco a él antes de abrazarlo con fuerza.

Una canción por cada corazón roto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora