Capítulo 23: Perdidas

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Cenizas.

Era lo único que los vengadores sobrevivientes veían, uno a uno, vieron como sus compañeros y amigos habían caído.

—No es cierto —susurro Steve, desplomado bajo lo que alguna vez fue su amigo.

—Steve —llamó en un susurro la ahora pelirroja, el rubio se levantó de golpe al verla ahí.

La abrazo con toda la fuerza que aún le quedaba y le agradeció infinitamente al universo por tenerla a su lado.

—Steve —volvió a llamar la rubia, esta vez con una expresión de terror y pánico en su rostro —Los niños. Natty y James.

Y fue cuando el vengador reaccionó, la mirada de Nat estaba perdida en la nada.

—Ellos estarán bien Nat —conforto el rubio —Te lo prometo.

Nat asintió en silencio, las personas sobrevivientes se dirigieron al palacio, donde la reina del territorio Wakandiano les facilitó una nave para transportarse.

Llegaron más pronto de lo que esperaban, Natasha y Steve bajaron como si su vida dependiera de ello, al igual que Pietro, Clint y los demás.

—Niños —llamó Nat a sus dos retoños, no obtuvo respuesta —¡Niños!

Comenzaba a entrar en pánico, el simple hecho de pensar que sus hijos hubiesen sido víctimas del chasquido la ponía mal.

Se desplomó en el piso sintiendo las lágrimas recorrer sus mejillas, no podía, no.

—Nat —llamó Steve situándose al lado de su esposa.

Fue en ese momento cuando pequeños pasitos se empezaron a escuchar.

—¡MAMI!—gritaron ambos hermanos al mismo tiempo, mientras corrían a los brazos protectores de sus padres.

—¡Mis niños!, que alivio, por un momento creí que los perdería —exclamó la madre, llenando de besos a sus dos retoños.

—La tía Laua, Coope, Lila y niel se hiciero polvo. Se ha ido —decía la mayor de los Rogers —Tuve mucho miedo.

Natalia abrazo con mas fuerza a su madre, temiendo que si la soltaba ella también se iría con ellos.

Natasha conecto brevemente su mirada verde con Clint, quien no había dicho nada, simplemente salió del lugar hecho una fiera.

—Dale tiempo —comentó Steve al ver que su esposa iba a ir a buscarlo.

—Tenemos que volver —había comentado Nat después de una hora repleto de total silencio —Hay que ver los daños del chasquido y ver si podemos hacer algo para ayudar.

—Le diré a Pietro que encienda el Quinjet —anunció Barton, luego de haberse calmado.

El planeta entero parecía un cementerio, en el reinaba nada más que el silencio.

El jet sobrevolaba algunas zonas como Brooklin, New York, los ángeles, las vegas.

Todo parecía desolado y sin vida alguna, lo que alguna vez fue un planeta rebozante de vida, ahora no era más que polvo y silencio.

—¡Mami!—chillo el pequeño James al percatarse del silencio, así como también de la falta de personas en el lugar.

—Shhh, estoy aquí —había dicho la rusa acariciando su pelirrojo cabello. —Mamá los va a proteger.

—¿Poque se fuedon?—preguntó la rubia —Ño me guta

—Tranquila, haremos todo lo posible para que todos vuelvan —dijo Steve teniendo entre sus piernas a su hija, a la cual beso en la frente y abrazo.

What If: Pre-Civil War (Romanogers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora