Capítulo 20: Recuerdos

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Steve veía sin habla el cuerpo colgado de su esposa, tal cual como un pedazo de carne. Había heridas al rededor de su cuerpo, su rostro era cubierto por su cabello ahora un poco más largo y desalineado.

—Tuvimos que castigarla, Natalia ha sido una niña muy traviesa —sonrió el hombre con hipocresía.

—¡Desgraciado!—grito Steve corriendo a su dirección.

—Ah, ah. No capitán, yo que usted no me movía ni un solo centímetros más —dijo mientras señalaba con su dedo. —Claro a no ser que quiera que su amada Natasha vuele en miles y miles de pedazos.

Drekov tomó la mano de Natasha la cual tenía una especie de brazalete, el cual parpadeaba constantemente.

—Este pequeño pero poderoso artefacto es como una bomba nuclear. Un solo movimiento brusco y... ¡Kaboom! sabía que algo así podría pasar, así que me vi en la obligación de usar un método más drástico.

Dreikov tocaba la pálida piel de Natasha como si de un pétalo se tratase, lo cual hacía aumentar la ira de Steve al ver como tocaban a su mujer.

—¡¿Que le hiciste?!—grito el rubio.

—Oh capitán, es una verdadera maravilla, nos divertimos mucho en un par de días, Natalia es una verdadera diosa. Es una pena que haya tenido que casarse con alguien tan poca cosa como usted. Pero para entrar en detalles se lo explicaré con todo gusto.

Flashback

Natasha apenas iba despertando, no recordaba mucho, su cerebro apenas estaba intentando contener la información.

Lo único que le llegaba a la cabeza era su estancia con su familia adoptiva, la charla con Melina acerca de su madre y de ahí ya no supo mas.

—La bella princesa de Rusia ha despertado al fin, no sabes cuanto hemos esperado tu regreso —esa voz la conocía muy bien, demasiado.

Frente a ella estaba la razón de sus pesadillas, de sus tormentos, de su existir. No podía creer que frente suyo estaba quien menos lo esperaba: Dreikov.

Su temible instructor de la sala roja, sintió su cuerpo estremecerse bajo su tacto, su mirada reflejaba puro terror. Su cuerpo no reaccionaba, estaba inmóvil, solamente podía observar.

—Haz sido una niña muy mala Nateska, traicionaste a tu nación para posicionarte con los americanos —dijo lleno de furia. —Eso merece un castigo.

Durante los tres días Natasha estuvo presa en una celda, sin comida ni agua, para las viudas negras presas de Dreikov no les era nada difícil someter a la pelirroja a extenuantes combates hasta desfallecer.

Descargas eléctricas por todo su cuerpo, latigazos, y demás clases de torturas que a su antiguo mentor se le ocurría.

Al segundo día poco después de otra ronda de palizas y torturas Natasha cayó despavorida al suelo, no sabia cuanto más podría soportar su débil cuerpo.

"Moriré tranquila sabiendo que ustedes están a salvo"

Una débil sonrisa fue inevitable de hacer al pensar en su familia, en los momentos que pasó al lado de cada uno de ellos.

Su vista poco a poco se nublaba, pudo distinguir una silueta, poco después sintió una leve caricia al rededor de su cuero cabelludo.

—Sigues siendo igual de fuerte —susurro una voz —Ten, es un poco de pan y agua. Te ayudará a tener algo de fuerza.

Pesé a que Natasha se mostraba algo reacia, no podía negar que se moría de hambre.

—Escucha, dentro de dos días estoy segura que Yelena vendrá. Esa chiquilla es demasiado lista y sabrá captar las cosas, no hagas nada Estúpido durante ese lapso. ¿Quieres salir de aquí?—cuestionó.

What If: Pre-Civil War (Romanogers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora