What If: Pre-Civil War (Romanogers)

Capítulo 6: Iniciar De Cero

Todo parecía ir de bien en la base de los vengadores, los errores habían disminuido considerablemente.

Por fin todos se podían dar el lujo de disfrutar un tiempo de paz.

Pero no se podía decir lo mismo de un joven castaño.

Peter Benjamín Parker, mejor conocido como Peter. El joven que tuvo que soportar la pérdida desde muy temprano. Y entender lo dura que podía ser la vida a veces

—Hola Gwen, lamento no haberte visitado —dijo el joven hacia la tumba de la joven Staicy. —Ha sido una semana difícil

Se posicionó de rodillas y dejó un bello ramo de rosas rojas en su tumba.

—Ser Spider-Man y Peter Parker requieren trabajo de tiempo completo —admitió. —Pero quiero que sepas que no me olvido de ti, sabes que cada vez que pueda. Vendré a platicarte mis días, mis experiencias e historias.

El joven castaño sintió una leve brisa fresca, estaban a principios de otoño. No faltaba mucho para que el frío diera de lleno a la ciudad de New York.

—Tengo que irme, prometí a la Tía May ayudarla en casa —susurro —Estaré algo ocupado por un tiempo, pero vendré a verte. Lo prometo.

Peter salió del lugar, caminaba tranquilo y sin muchas preocupaciones, por fin podía darse el lujo de sentir algo de paz luego de mucho tiempo.

Paso a comprar huevos y leche, así como también una que otra golosina para ir degustando en el trayecto de camino a casa.

—A ver, ¿donde las dejaste ahora?—buscaba por su pantalón y chaqueta en busca de sus llaves.

—Hola Peter —una voz que conocía a la perfección se escucho.

—Mary Jane, hola —saludo amigablemente el joven. —¿Que haces aquí?

—Sacaba la basura —respondió la chica.

Mary Jane Watson era una joven pelirroja, de la misma edad que Peter, ambos habían vivido en el mismo vecindario desde que tenían aproximadamente siete años.

La joven estudiante aspiraba con ser actriz, era una chica decidida y aplicada, así como un poco testaruda y terca en ocasiones.

—¿Que me dices de ti?—pregunto la joven pelirroja —¿No me digas que volviste a perder tus llaves?

—¿Qué? No, no. Aprendí la lección aquella vez ¿recuerdas?—mencionó nervioso.

No quería admitirlo, pero a veces no tenía ni la más mínima idea de donde su tía guardaba las llaves.

—Hombres —respondió la joven entre risas —Adentro de la maceta, a la derecha.

—Gracias —contestó apenado.

—Agradeceme no siendo tan despistado para la próxima. ¿Sí?—le dijo la chica comenzando a irse. —Adiós Peter. Me dio gusto charlar contigo.

Peter sonrió de lado, esa chica tenía la costumbre de ser muy directa en ocasiones, pero a él no le molestaba en lo absoluto.

Entró a la casa encendiendo el interruptor de la sala. La cual estaba perfectamente bien ordenada al igual que toda la casa.

Entró a la cocina luego de dejar la mochila en la sala, a veces su tía debía cubrir doble turno y solía dejarle notas, así como comida hecha.

Tomó una fruta del cuenco y la mordió, parecía que no había nada interesante. Estaba a punto de salir cuando noto algunos sobres cerca del lavabo.