- Albita, te necesito - informó Julia con la efusividad que le caracterizaba, tras abrir la puerta de la habitación de su compañera de piso sin avisar.
- Tía, ¡que estoy en bolas! ¿No sabes llamar antes de entrar? - se quejó la rubia, ajustándose la toalla al cuerpo, recién salida de la ducha.
- ¿Yo? - exageró, como si Alba hubiese dicho un imposible-. Además, ya te tengo visto el chumi.
- ¿Qué quieres, Juls? - se impacientó Alba.
- Tu ayuda. Tú me ves aquí, así tranquilita, pero...
- Bueno, tranquilita precisamente no te veo - discrepó la rubia, alzando las cejas.
- Es que dime tú cómo voy a estar tranquila si me acaba de pasar esto - le tendió Julia el móvil para que observara la pantalla.
- ¿Otra vez en Tinder, tía? ¿No decías que nunca más? ¿Que la gente era muy rara? ¿Que siempre te salía mal?
- Ya, pero es que mira bien este match. ¿Has visto alguna persona más guapa en tu vida, Reche?
Alba achinó los ojos, escudriñando la foto.
- A ti también te ha dejado ciega y muda con su belleza, normal - argumentó Julia, ante su falta de reacción.
- ¿Has venido a molestarme solo para que te confirme lo guapa que es... - leyó el nombre en la pantalla- Natalia?
- No, ya te he dicho que necesito tu ayuda.
- ¿Qué ayuda?
- Te dejo vestirte, pido tu pizza favorita para cenar y luego te lo cuento.
- ¿Estás tratando de comprarme antes de tiempo?
- Puede - le guiñó un ojo y salió del cuarto, dándole por fin intimidad.
A media pizza, Julia empezó a hablar, asegurándose de que Alba se encontrara ya en el séptimo cielo gracias a la riquísima cena que había preparado para engatusarla más fácilmente.
- Sabes que no se me da muy bien ligar por Tinder - inició Julia su discurso.
- ¡Y que lo digas! Probablemente eres el usuario que más matches asusta al día - se rio Alba de su torpeza y ausencia absoluta de filtro.
- Exacto. Y como soy una bruta, nunca llego a nada con nadie... - añadió con dramatismo y pena impostada en su voz, parte infaltable de su estrategia bautizada como "dar lastimica".
- Y por eso dijiste que desinstalarías la aplicación - le recordó Alba, sin entrar al trapo, pues la conocía a la perfección.
- Sí, pero en la última ronda antes de hacerlo ha aparecido Natalia - le enseñó de nuevo la pantalla, abierta en el perfil de una morena tatuada que estaba de muy buen ver.
- ¿Y?
- Que le he gustado a este pibón, Alba Reche. Yo no puedo desaprovechar esta oportunidad. Es una señal del destino - gestualizó exageradamente.
- No entiendo qué tengo que ver yo en esto.
- A ti se te da muy bien ligar... - insinuó de manera poco sutil.
- Esa es tu opinión - puso una mueca Alba, en desacuerdo.
- No. Tus dos últimas relaciones me dan la razón.
- No llegaron a ser relaciones con todas las letras, Juls. Con ninguna letra, en realidad - puntualizó.
- Pero os visteis, quedasteis, follasteis...
ESTÁS LEYENDO
Cupido | Albalia
FanfictionCuando su mejor amiga le pide ayuda para ligar por Tinder, a Alba Reche no le queda más remedio que aceptar. ¿Qué tal se le dará ser Cupido?