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- ¿Cómo fue la fiesta? - preguntó Ici a Natalia, siempre ávida de cotilleo.

- Si hubieras venido lo sabrías... - picó su amiga.

- ¡Había quedado! Sabes que si no, te habría acompañado encantada.

- Sí, sí, pero me dejaste sola ante el peligro - reprochó.

- ¿Y hubo peligro?

- Mucho.

- Uy, uy. ¿Surgió la chispa entre Julia y tú?

- Más bien tuve que apagarle el fuego otra vez. Definitivamente, entre ella y yo no va a pasar nada - zanjó la morena el tema, pues lo tenía más claro que nunca.

- ¿Lo pasaste bien por lo menos?

- Sí, fue una noche genial, la verdad. Había un montón de gente y fue súper divertido.

Natalia rememoró el ambientazo de la fiesta y no pudo contener una casi imperceptible sonrisa, que le salió al acordarse de Alba. Sonrisa que, por más imperceptible que fuera, no se le pasó por alto a Iciar, experta en leerle la expresión a su amiga.

- Y por esa sonrisita que se te escapa, entiendo que entre ese montón de gente, había alguien interesante...

- Puede ser - admitió-. No sé ni cómo, pero conecté mucho con la compañera de piso de Julia. Se llama Alba.

- Interesante... Cuéntame más.

Natalia no se hizo de rogar y le relató los acontecimientos con pelos y señales. Iciar le notó la emoción a leguas, reconocía perfectamente la vena intensa de su amiga, que se activaba especialmente cuando se fijaba en alguien.

- ¿Y tiene Instagram esa Alba?

- Sí. No ha sido muy difícil encontrarlo desde el de Julia - admitió haber hecho la búsqueda.

- ¿Y ya la estás siguiendo?

- No, Ici. ¡Nos conocimos ayer!

- Por eso mismo, Nat. No te digo que le escribas, solo que le des a un botón. ¿No te mueres de ganas de cotillearle las fotos?

- Claro que sí, pero...

- Pero, nada. Venga, hazlo ahora y así bicheamos juntas cuando te acepte.

- Eres una interesada de cuidado - masculló, mientras le hacía caso y solicitaba seguimiento, cruzando mentalmente los dedos para que la rubia la aceptara.

Ella tampoco se aguantaba la curiosidad.

El brillo de la notificación en la pantalla de su móvil atrajo por completo la atención de Alba, y aún más cuando vio el contenido del mensaje. Se mordió el labio y se le aceleró un poquito el corazón involuntariamente.

Con mucho esfuerzo y fuerza de voluntad, esperó unas horas antes de aceptar la solicitud de seguimiento de Natalia y enviarle la suya.

¿Qué hay de malo?

La rubia sabía que no iba a encontrar nada que no hubiera visto ya en su perfil, pues Julia se había encargado de enseñarle cada una de las publicaciones de su crush.

Durante los siguientes días, ninguna de las dos escatimó en likes a las publicaciones más recientes de la otra. Nada que llamara demasiado la atención, pero a la vez haciendo notar que estaban pendientes del contenido que compartía cada una. También interactuaron a través de las historias. Alba reaccionó con aplausos cuando Natalia hizo recuento de los días que llevaba libre de humo y la morena envió caritas con ojos de corazón cuando la rubia subió un vídeo de Luisa haciendo monerías.

Cupido | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora