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Julia se mantenía al lado de Alba para seguir de cerca aquella primera conversación con su crush. Y no pudo contener un nuevo twerk de la victoria cuando fue más que evidente que el audio con la melodía que Natalia le había comentado que le quería enviar era solo una excusa.

- Ha tardado como veinte minutos para enviar diez segundos de acordes, es que fijo que ha tenido que improvisar. Esta lo que quería era el número. ¿A qué huele, tía? - inspiró exageradamente.

- ¿Qué dices? - frunció el ceño Alba, confundida.

- Que ya estoy oliendo la tapita de tortilla de papas que nos van a poner con la cerveza en nuestra primera cita.

- Deja de hacerte ilusiones, Julia. Que luego te va como te va - advirtió.

- Ya lo veremos.

Natalia y "Julia" llevaban tres días seguidos manteniendo al menos dos conversaciones, una por la mañana y otra por la noche. Pese a la impaciencia de la Julia real, Alba insistía en que no podía precipitar las cosas. La rubia avisaba a su compañera de piso de todos los avances, al principio con pantallazos de los mensajes y después haciéndole un breve resumen, que a Julia le era más que suficiente.

Las conversaciones entre las dos cada vez eran más relajadas y naturales. Tanto, que Alba temía por si algún día Natalia la pillaba con la guardia baja y no le daba tiempo de ponerse la careta de Julia para contestar a ciertas preguntas sobre cuestiones personales, o tan cotidianas que ni se paraba a pensar antes de responder.

"Hey, ¿puedes hablar ahora un ratito?"

"Termino un artículo y estoy contigo, Nat. Dame un momento"

"¿Un artículo?"

Mierda.

Alba cerró los ojos con fuerza maldiciéndose a sí misma por su torpeza. Julia era profesora de primaria, profesión con la que Natalia había conectado desde el principio, puesto que ella misma daba clases de Educación Física en un instituto. Alba, en cambio, era periodista freelance. Y como tal, escribía artículos. Muchos artículos.

"Un informe, de los niños. Perdona, hoy he tenido un día largo y tengo la cabeza en cualquier sitio"

"Ay, es que tan pequeñitos... Tienen que ser muy monos, pero agotadores"

"Ni te lo imaginas"

"Hablamos en un rato, ¿vale?"

Alba cortó rápido el tema, como siempre que la conversación derivaba hacia hechos de la vida de la Julia real. Primero, por no meter la pata, y segundo, porque se sentía incómoda y mal mintiendo.

Alba disfrutaba de las conversaciones con Natalia cuando se trataban de tonteo, de picarse, de medirse las ganas, de tantear el terreno y buscar avances. En esos momentos en los que actuaba de Cupido, irónicamente, se olvidaba de que lo era y solo fluía en los diálogos inteligentes y pícaros que Natalia propiciaba.

Definitivamente, esa morena guapísima era una chica de lo más interesante, o eso le parecía.

La burbuja de adrenalina que envolvía el intercambio de mensajes de ligoteo le explotaba en la cara cada vez que Natalia escribía su supuesto nombre o cada vez que debía mentir u omitir para no cargarse el plan.

Al ver que la cita tardaba en concretarse, Julia, la real, se impacientó con su amiga.

- ¿Se lo has propuesto ya? - se interesó.

- ¿El qué a quién? - frunció el ceño Alba, sin entender nada.

- ¿Qué va a ser? Que si le has propuesto quedar a Natalia.

Cupido | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora