"Peonias rojas. Según Google significan un nuevo comienzo, atracción y deseo irrefrenable. Bueno, vale, me lo acabo de inventar. Pero yo contigo quiero todo eso. Y mucho más."
Natalia sonrió como una boba al leer la nota y se llevó a la nariz el ramo de flores que acababa de entregarle un repartidor de parte de Alba.
Ici, que observaba el panorama de brazos cruzados, no pudo evitar hablar.
- Se lo está currando la rubia, ¿no?
- Eso parece. Son preciosas, ¿verdad?
- Más preciosa es tu sonrisilla de encoñada. Nunca he podido decidir si me encanta que la tengas o me gana el miedo a que te la quiten a golpe de desilusiones.
- Oye, no seas aguafiestas, ¿eh? - frunció el ceño, cambiando la cara-. Voy a contestarle.
- ¿Con flores?
- Iba a mandarle un WhatsApp - ladeó Natalia la cabeza.
- Te hacía más romántica - alzó las cejas Iciar.
- No me lo digas dos veces, que me planto en su casa con un ramo de... rosas rojas más grande que mi cara.
- ¿Rosas rojas?
- Como la película, un clásico - justificó Natalia.
- ¿Qué película?
- ¡¿Cómo que qué película, Iciar?! - exclamó, incrédula ante su falta de cultura audiovisual lésbica.
- No sé de qué me hablas - alzó las manos eximiéndose de cualquier culpa.
- Haz palomitas, anda - la instó la morena.
- ¿Y la respuesta para Alba?
- Que espere dos horitas, esto es una urgencia.
Tras enamorarse de nuevo de esa mítica película y de la historia entre las protagonistas, afloró en Natalia la vena romántica de manera irrefrenable.
- Nat, es la mejor peli del mundo - admitió Ici.
- ¡Pues claro! - confirmó, dirigiéndose luego a la habitación para empezar a cambiarse de ropa.
- ¿Te vas?
- Sí, voy a contestar a Alba. Presencialmente.
- Dios, se te ha metido la comedia romántica dentro. ¡Qué miedo, Nat!
- Si es que contestarle con un mensaje es verdad que es muy soso... Además, pobrecita, debe pensar que no me han llegado porque ni le he hablado.
- O peor, igual piensa que no te han gustado.
- ¿Que me de más prisa en vestirme, dices? - entrecerró los ojos Natalia.
- Tómate tu tiempo, eres tú la que está en fase de perdonarla.
- En realidad, odio esta sensación de desequilibrio - se mordió el labio.
- ¿A qué te refieres?
- A que esto parece una balanza y que cada cosa que hacemos parece que va destinada a igualar las fuerzas. Me agobia, yo quiero que avancemos y hagamos cosas por el simple placer de hacerlas.
- No pienses tanto. Si todo va bien, la balanza se irá equilibrando sola- animó Ici y la morena deseó que así fuera.
Cuando Alba abrió la puerta de su piso se encontró con un ramo de rosas rojas delante del cuerpo de Natalia.
- ¡Nat! - apartó las flores con suavidad para poder alinear sonrisa con la morena.
- Hola. Toma - le tendió el ramo, con una timidez repentina.
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Cupido | Albalia
FanfictionCuando su mejor amiga le pide ayuda para ligar por Tinder, a Alba Reche no le queda más remedio que aceptar. ¿Qué tal se le dará ser Cupido?