5.

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—Eres tan lindo. —Chillo Dani pellizcando mis mejillas.

—Esto es bochornoso. —Masculle.

—No, tus mejillas son tan lindas cuando te pones todo rojo.

—Es tu culpa. —La acusó. —Tus comentarios no me ayudan.

—Callate, amas mis comentarios.

—Claro. Habla por mi.

—Oh porfavor...

La puerta se abrió de un momento a otro.

—¡Hey chicos! —Una animada Jesi se adentro a nuestra habitación. —¿Que hacen? — Funcio las cejas al vernos con tanta cercanía, la cuál era justificada por los atrevimiento de la castaña.

—¿Que sucede Jes? — Pregunto Dani.

—Tu madre quiere verte.

—Oh, ¿Ahora?

—Ahora mismo.

—Bien. —Se paro de su lugar. —Vamonos. —Me miró.

—¿Yo que?

—Tu vienes con nosotras.

—Pero es tu madre, te quiere ver a ti.

—¿Tu no has dicho que quieras conocerla? Es el momento perfecto.

—No creo que...

—Vamos Jay, deja de hacerte de rogar. — Ladeó Jes. —Nos esperan, debemos irnos.

Sin esperar respuesta de mi parte Jesica se poso a mi lado pasando su mano por mi brazo, Dani la siguió.

—¿Y tú por qué irás? — Le pregunté a la pelirroja mientras caminábamos. —¿A ti también te ha invitado?

—Yo siempre voy a ver a Venus. — Respondió. —Cuando ella alega querer ver a Dani también soy invitada.

—Entiendo.

—Mas te vale. —Dijo en una amenaza falsa.

—Calmate Jes. —Rio Dani. — Solo tiene dudas.

Ella rodo los ojos. —No me digas que lo volviste igual a ti.

—Y si fuera así cuál sería el problema? Soy un gran ejemplo a seguir.

—Dani, aún te cuesta ajustar tus zapatos sóla. —Le recodo con una sonrisa que gritaba victoria.

—No te burles de mis indiscapasidades.

—jamas lo haría.



Los tres nos encontramos frente a una casa parecida a una mansión.

Sentí como ambas me jalaban.

—Vamos jay ¿Ahora tienes miedo? — Pregunto Dani con pecardia.

Solo un poco.

—No.

—Bien, entremos entonces.

—Dios, nunca me cansaré de ver tu mansión. — Murmuro Jesica.

—Casa. —Corrijio.

—Deja el papel de humilde. Está es una jodida mansión, disfrútala.

—No sabes como lo hice.

—Bien, entremos. — Propuse.

Empezamos caminar hasta adentrarnos a la casa, al estar ahí mi boca se abrió al ver esa el interior.

Las paredes blancas, mármol marrón beige, cuadros históricos.

Compatibles? -Jay Ross. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora