Compatibles? -Jay Ross.

8.

—Dios, son lo peor. —Dice Michelle con dramatismo.

—Solo ha dicho que no le gusta Disney. —Le recordé.

Sus ojos se abrieron de par a par. —¿Y eso te parece poco? ¿Sabes lo que sale de tus labios? ¡Disney! ¡Toda una infancia! —Chillo.

Itan apretó los ojos irritado. —Cierra la boca. —Su voz ronca resonó por todo el bar. —No me gusta Disney. —Centencio. —Ahora cierra la boca.

El rubio tocó su pecho como si le doliera. —Aveces creo que no nos quieres. —Lo delató.

Una sonrisa pícara nació en sus rojos labios. —No lo hago. —Dijo con simpleza y diversión. —¿Tienes algo para decirme Wiliams? —Le reto.

La voz de Itan podría asustar a cualquiera, hasta a mí sí no sabría que todo lo que salía de su boca era pura diversión. En cambio esas palabras detenidas y un poco frías no asustaron ni en lo más mínimo a Michelle, como si estuviera acostumbrado a su tono.

—No perder mi tiempo contigo. —Le dijo.

—¡Hey, chicos! —Nuestra rubia llegó a la mesa dejando unas cuarto cervezas pequeñas.

—¿Y las demás? — Pregunto Itan.

Bárbara se sento a su lado con una sonrisa inocente, esa que tanto la caracterisa.

—Siguen comprando. —Le dijo. —Dani y Sofi peleaban con el señor que nos atendió y Jes quiere salir de aquí a como de lugar.

—¿Cómo que peleando? —Se nos adelantó Michelle.

Ella asíntio. —Sip. —Le dió un trago a su cerveza.

—¿Que? ¿Por qué pelean? —Hable.

—Por que el chico no quería darle una cerveza a Sofía.

Sus palabras llamaron la atención de Itan. —¿Por qué no?

—Porque ella se ve menor.

Itan se paro de su lugar. —Que se valla al demoni...

—¿Que sucede? —Le corto Sofía llegando a su lado.

En sus manos descansaba una cerveza. —¿Por qué tardaron tanto? —Casi gruño su novio.

—Oh, por que el muy estúpido pensó que sof era menor y se negaba a darle una cerveza. —Le Interrumpio Jes sentandose a mi lado.

—Si. —Verifico Sofía.

—¿Y como te la dió? —Quise saber.

—Pues Dani casi le da un puñetaso, estába perdiendo la paciencia y no se iba a ir de el lugar sin la cerveza.

—¡Eso es! —Le festejo Itan mientras cochaba los cinco con Dani. —¿No le has pegado?

—Por poco. —Dani se sentó a lado de Bar. —Jes no me dejo. —Miro mal a la nombrada.

—Oye, discúlpame por no querer que me saquen de aquí.

—Esta bien. Te perdono. —Le dió un trago a su cerveza.

—¿Dónde iremos después? —Pregunto Sofí como una niña pequeña mirando a su novio.

—A el parque de juegos. —Dijo Itan.

—Eso será genial. —Opino Dani.

—

—¿A qué juego iremos esta vez? —Hablo con entusiasmo Jesica.